COMUNICACIÓN NO VERBAL Y ENSEÑANZA
DE LENGUAS EXTRANJERAS
Ana Mª Cestero Mancera
Cuadernos
de didáctica del español/LE, Madrid, Arco/Libros, 1999. 75 páginas.
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Objetivos
Este libro ofrece un estado de la cuestión acerca de la complejidad
que encierra el estudio de la comunicación no verbal y resalta su importancia
dentro del proceso de la comunicación humana. Todos somos conscientes de
que la enseñanza y el aprendizaje de una lengua extranjera no significa
ocuparse solamente de la adquisición de la competencia lingüística
por parte del estudiante, sino que ha de atenderse también a la competencia
comunicativa. En este sentido, si los sistemas de comunicación no verbales
forman parte de la competencia comunicativa de los hablantes, cualquier aprendiz
de una lengua extranjera debe conocerlos y adquirirlos si quiere comunicarse correctamente
y con eficacia en la L2. Sin embargo, el hecho de que todavía no se le
haya dado a la comunicación no verbal la valoración que merece en
los diseños curriculares de enseñanzas de lenguas extranjeras, lleva
a la autora de este libro a revisar los conocimientos que de ella tenemos y a
ofrecernos una base teórica y una propuesta metodológica para su
estudio y aplicación en la clase de segundas lenguas, mediante la realización
de inventarios de signos no verbales que permitan una enseñanza específica
de los hábitos culturales y de los sistemas de comunicación no verbal.
Destinatario
La obra de Cestero Mancera va dirigida principalmente a los docentes de L2
y a todas aquellas personas preocupadas por la inclusión de la comunicación
no verbal en los programas de lenguas extranjeras. Con relación a los primeros,
disponer de un buen modelo sistemático para crear inventarios completos
de signos no verbales bien caracterizados hará que el estudio y el aprendizaje
de la comunicación no verbal se lleven al aula de una forma muy didáctica,
al mismo tiempo que favorecerá la comparación intercultural de una
manera ordenada. Por lo que se refiere al diseño curricular, éste
se podrá efectuar de manera progresiva al incluir los elementos de cada
inventario en los diversos programas graduados por niveles y clasificados nocio-funcionalmente,
sin olvidar que su presentación en el aula debe hacerse conjuntamente con
otros signos lingüísticos: fónicos, gramaticales, léxicos
o conversacionales.
Organización del cuaderno
En cuanto a la organización del cuaderno, éste se inicia con
una "Presentación" (pp. 9-10) en la que la autora esboza con
breves pinceladas las pretensiones con las que ha sido elaborado el contenido
del libro. A ella le siguen cinco capítulos de extensión diferente.
En el primer capítulo, "La comunicación no verbal y su estudio"
(pp. 11-14), Ana Mª Cestero se ocupa de la poca atención que en los programas
de enseñanza de lenguas extranjeras se le ha dedicado a la comunicación
no verbal e indaga en las razones que explican este panorama. Seguidamente, rastrea
las primeras alusiones a los signos no verbales y a su descripción en diferentes
tratados y libros, y se detiene en el nacimiento y consolidación de la
disciplina que hoy se conoce como Comunicación no Verbal. Al final del
capítulo, Cestero Mancera hace alusión a los trabajos de F. Poyatos,
de cuya obra ha partido para la formulación de una serie de propuestas
teóricas y metodológicas con las que aplicar los conocimientos que
se tienen de la comunicación no verbal a la enseñanza de lenguas
extranjeras. A partir de la idea de que el término cultura incluye todo
el conocimiento humano aprendido –abarca, por tanto, los sistemas de comunicación
verbal y no verbales-, el segundo capítulo, (pp. 15-19), funciona como
una breve introducción para presentar los elementos constitutivos de la
comunicación no verbal, y que serán descritos con mayor amplitud
en los capítulos siguientes. Estos signos y sistemas de signos que comunican
o se utilizan para comunicar aparecen clasificados en tres apartados distintos:
1) Signos y sistemas de signos culturales, en donde se incluyen los hábitos
de comportamiento y ambientales y las creencias de una comunidad; 2) Sistemas
de comunicación no verbales, encontramos aquí el sistema paralingüístico
y el quinésico; 3) Sistemas de comunicación no verbal culturales.
Principalmente se estudian dentro de este apartado la proxémica y la cronémica.
Manteniendo el orden que se ha seguido en la relación anterior, el tercer
capítulo trata de "Los signos y los sistemas de signos culturales"
(pp. 21-27). En él, Cestero Mancera lamenta el hecho de que en la inmensa
mayoría de los programas de los cursos de lengua y cultura españolas
se manejen, en relación con la cultura, temas relacionados exclusivamente
con los tópicos sociales, folclóricos, geográficos, históricos,
religiosos, políticos y artísticos, y que se excluyan otros hábitos
(aspecto físico de las personas, el uso de cosméticos, etc.) que
también informan sobre una comunidad. Para Cestero, la causa de esta ausencia
podría estar en la carencia de un buen modelo de análisis a la hora
de estudiar y describir una cultura. Por esta razón, la autora recurre
al modelo interdisciplinar de los culturemas de F. Poyatos (gracias al cual se
pueden clasificar todos los signos o hábitos de una cultura, desde los
más amplios hasta los más simples, en fases) y lo reelabora para
analizar e inventariar lo que ella llama "porciones de una cultura"
(p. 23), y que de una forma más rápida pueden incorporarse en los
diseños curriculares de enseñanza de lenguas extranjeras. Son muy
interesantes los comentarios finales que dedica a la manera de presentar los hechos
culturales en la clase según los contenidos y el nivel en el que se encuentre
el aprendiz. Esta información se completa con la explicación de
un modelo de ficha mediante el cual el alumno colabora activamente en la recolección
detallada de los comportamientos culturales, los aspectos ambientales y las creencias
que más le han llamado la atención dentro de un escenario concreto.
Desde un punto de vista didáctico, gracias a la participación de
los estudiantes en la elaboración de estas fichas, éstos conocerán
y comprenderán mucho mejor los hábitos específicos de una
comunidad, a la vez que se producen inventarios homogéneos de culturemas
que podrán utilizarse en otros estudios culturales comparativos. Los sistemas
de comunicación no verbal (pp. 29-55) son el objeto de estudio del cuarto
capítulo. Éste comienza con la justificación de la importancia
que tienen los sistemas de comunicación no verbal dentro de la comunicación
humana en general y, específicamente, en la comunicación en una
segunda lengua. Esta introducción permite a Cestero Mancera iniciar una
descripción general de las funciones comunicativas que tienen los dos sistemas
principales de comunicación no verbal, el paralingüístico y
el quinésico, cuando se produce la interacción. A esta descripción
sigue una relación de cada uno de los elementos que integran los signos
no verbales paralingüísticos y los signos no verbales quinésicos.
A continuación, la autora explica la metodología que debe guiar
la realización de inventarios de signos no verbales y que facilite su explotación
en la didáctica de lenguas extranjeras. Con el fin de ejemplificar su propuesta,
incluye varias entradas de un inventario nocio-funcional básico (signos
no verbales con usos sociales –dar las gracias–, signos no verbales con usos organizadores
del discurso –dirigirse a alguien–, signos no verbales con usos comunicativos
–referirse a acciones presentes o habituales–). El contar con una metodología
ordenada como la que nos presenta Cestero Mancera supone un paso decisivo para
investigar y conocer el funcionamiento de los sistemas de comunicación
no verbal, e incorporarlos en los diseños curriculares de español
como lengua extranjera a medida que vayan apareciendo nuevos inventarios. Las
páginas finales del capítulo encierran un enorme valor pedagógico
al ocuparse, por un lado, de la información complementaria que debe incluirse
en los inventarios antes mencionados, y que tiene que ver con la graduación
por niveles de los elementos no verbales, con su mayor o menor funcionalidad,
su frecuencia de uso y su grado de dificultad. Por otro lado, nos orientan acerca
de la tipología de signos no verbales que conviene utilizar en los niveles
elementales, intermedios y superiores. Para ejemplificar esto último, Ana
Mª Cestero programa los contenidos no verbales que corresponden al nivel inicial,
según el diseño curricular del Instituto Cervantes. El quinto y
último capítulo se ocupa de "Los sistemas de comunicación
no verbal culturales" (pp. 57-60). El hecho de que el sistema proxémico
y el cronémico se hayan agrupado de forma independiente responde a que
sus signos, aunque pueden actuar en interrelación con el paralenguaje,
la quinésica o los elementos del lenguaje verbal, también comunican
y aportan información social o cultural por sí mismos. En la primera
parte de este breve capítulo se define el concepto proxémica y se
explican qué comportamientos se incluyen dentro de los hábitos culturales
proxémicos. Después, la autora reserva un segundo apartado para
definir la cronémica y los tipos de tiempo que se han distinguido a la
hora de estudiar la diversidad de signos cronémicos: el tiempo conceptual,
el tiempo social y el tiempo interactivo. Para poner en práctica una parte
de la información teórica y metodológica que ha aparecido
a lo largo de estos cinco capítulos, se proponen seis ejercicios relacionados
con la cultura española (pp. 61-62), seguidos de sus posibles soluciones
(pp. 63-71). Algunas de estas actividades pueden adaptarse también a otras
comunidades diferentes de la española.Y para finalizar el libro, se incluye
una bibliografía básica (pp. 73-75), recomendada especialmente a
todas aquellas personas interesadas por el tema de la comunicación no verbal
y la enseñanza de lenguas extranjeras.
Valoración
Todos los profesores de lenguas extranjeras sabemos que enseñar a comunicar
en una segunda lengua nos obliga a llevar al aula tanto los signos y sistemas
verbales como los no verbales, de ahí que necesitemos obras especializadas
que nos enseñen cómo incluir la comunicación no verbal en
la enseñanza y el aprendizaje de segundas lenguas. En este sentido, la
obra de Ana Mª Cestero debe ser tenida muy en cuenta, pues en ella encontrará
el docente los consejos pertinentes para elaborar inventarios completos y detallados
de signos que le facilitarán la integración de los elementos culturales
y los sistemas de comunicación no verbal en sus clases. Las explicaciones
sencillas que utiliza la autora y el orden seguido en su exposición animan
al lector a emprender la lectura de este libro con gran entusiasmo y a profundizar
con pasos seguros en el amplio y complejo tema de la comunicación humana.
A.M.R.M.*
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