Pgina principal
El espaol en el mundo
Pgina principal de la revista del espaol en el mundo Inicio    Envenos sus sugerencias o comentarios relacionados con el espaol Correo   Mapa de este sitio web Mapa  Otros sitios de inters relacionados con la difusin del espaol en el mundo Subscriptores
Suscrbase  a Cuadernos Cervantes
·Secciones
Principal
Editorial
E/LE
Reseñas
Agenda
Revista de Prensa
Multimedia
Buscar en
Cuadernos Cervantes:
·Sumario
Spanglish escrito en USA. Un ejemplo, la revista LATINA

Didáctica de la cultura en el aula de E/LE en Camerún


Spanglish:
Conversaciones en torno al spanglish


El concepto de locura en el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha y en Hamlet

Máquina de clasificar palabras. Una propuesta didáctica

Un listado de las sílabas del español

El error en el proceso de aprendizaje
Español para árabes
multilingües y multiculturales

·Lo último...
Instituto de Verbología Hispánica
·Utilidades
Sugerencias  
Suscripciones  
Nº atrasados  
Edición impresa  
Sólo suscriptores  
Alertas  
Archivo  
  Ver próximo número
  de Cuadernos Cervantes...
·Otros sitios
elespañolenelmundo
elespañolenlared
clubdeespañol
Diccionarios Web
Campamentos de verano en España
·Artículo

"Máquina de clasificar palabras"
una propuesta didáctica

 

El trabajo que aquí se presenta es el resultado de una necesidad concreta: conseguir que nuestros alumnos adquieran el dominio de las categorías gramaticales. Convencidos de que una buena base de conocimientos morfológicos es esencial para ulteriores fases del aprendizaje lingüístico (especialmente para el dominio de la sintaxis) y, por ende, para la práctica de la escritura, hemos querido dotar a los aprendices de un recurso que les ayude en la ardua tarea de la clasificación gramatical, una herramienta que les ayude a distinguir las distintas categorías y subcategorías lingüísticas, tanto gramaticales como semánticas. Este origen define no sólo las intenciones de nuestra propuesta, sino también su alcance. Se trata esencialmente de un trabajo didáctico, de una propuesta de aproximación al estudio de la clasificación de las categorías gramaticales que no pretende resolver problemas teóricos de identificación o definición de dichas categorías: su alcance se limita a aportar soluciones de método y de aprendizaje en aquellos niveles educativos en los que es más importante proporcionar a los sujetos un sistema de clasificación que plantearles problemas gramaticales sobre cuya solución pueden existir varias teorías aceptables. Como consecuencia, nuestra propuesta es ecléctica desde el punto de vista teórico; lo cual no significa, en ningún caso, que las opciones terminológicas y conceptuales adoptadas sean arbitrarias; sino que están regidas por un compromiso fundamentalmente didáctico1. Por eso mismo, lo que aquí presentamos es una solución adaptable a diferentes teorías y concepciones del análisis gramatical.  

A Jesús Palop, in memoriam2

Salvador Álvaro García
Florentino Paredes García

 

1. El origen de la "máquina de clasificar"

Para comprender la peculiar fisonomía de esta herramienta de clasificación es necesario conocer brevemente su génesis y su evolución, ya que el modelo que presentamos ahora es el resultado de un proceso complejo de elaboración y de sucesivos refinamientos "técnicos" o, por utilizar un símil del mundo del automóvil, de sucesivos "prototipos". Tal como la presentamos ahora, la "máquina" tiene como destinatarios a los alumnos con conocimientos medios o avanzados de lengua española (los de últimos cursos de Educación Secundaria Obligatoria, los de educación de adultos, los estudiantes de español como segunda lengua, etc.), pero surge de una propuesta de trabajo con alumnos de los estadios iniciales de la enseñanza. Desde el principio se concibió como una "máquina", es decir, una herramienta que permitiese clasificar las palabras de la forma más mecánica posible. Para que los alumnos más pequeños captasen esta idea y para dar una dimensión más lúdica a la propuesta, se pensó en un modelo gráficamente similar a las máquinas del tipo pin-ball, de modo que las palabras, como lo hacen las bolas en este tipo de juegos, entrasen por un extremo y fuesen almacenándose en distintos compartimentos tras recorrer determinados laberintos y pasillos hasta una determinada salida. La clasificación se va complicando progresivamente en los diferentes "prototipos", pero se procura que siempre se presente como una serie de elecciones consecutivas de la mayor simplicidad posible.  

2. El funcionamiento de la "máquina"

Cada palabra que entra en la "máquina", en cualquiera de las fases aquí presentadas, debe quedar almacenada en alguna de las casillas o salir por alguna de las ocho salidas. Para ello, transitará a través de los distintos laberintos y pasillos "arrastrando" a su paso los rasgos que la irán caracterizando. Los pasillos están formados por líneas horizontales e implican una elección única que descarta las restantes que aparecen en paralelo a su mismo nivel. En algunos casos un pasillo se abre a otros mostrando elecciones consecutivas pero que siempre suponen desechar las alternativas paralelas (véase el caso de los determinantes numerales, indefinidos o posesivos, § 4.e.). La posición horizontal se reserva para clasificaciones semánticas o para variaciones formales del tipo simple/locución. Los laberintos son pasillos encadenados que tienen esa forma y que se sitúan al final de cada una de las celdas o casillas que forman los dos bloques de la "máquina". El paso a través de un laberinto implica dos modalidades de clasificación: una elección entre las alternativas que aparecen en cada uno de los pasillos consecutivos que lo forman (la clasificación de los nombres se resuelve casi exclusivamente a través de laberintos) o la determinación del rasgo morfológico definido en el pasillo (caso de los accidentes del verbo). A diferencia de lo que sucede en los pasillos, los laberintos implican elecciones morfológicas en su mayor parte y aparecen en posición vertical3. El alumno deberá realizar una serie de opciones encadenadas para completar el proceso de arrastre de la palabra a través de la máquina. La primera decisión es de importancia suma, ya que se trata de determinar la unidad léxica objeto de análisis. En este punto el alumno debe decidir si debe tomar una palabra simple o una forma compleja4. Evidentemente, para ello habrá sido preciso haber estudiado los sustantivos compuestos, las formas analíticas comparativas y superlativas del adjetivo, las perífrasis y formas compuestas del verbo, las locuciones adverbiales, prepositivas o conjuntivas e incluso otras menos conocidas como las locuciones determinativas (cantidad de, la tira de, multitud de, etc.). Tras esta primera fase, el elemento seleccionado debe ser conducido hacia la vertiente izquierda o derecha de la máquina. A continuación entrará en uno de los diferentes cajones, completando de ese modo la primera parte de la clasificación, es decir, la determinación de la categoría gramatical de la unidad, correspondiente a la segunda fase. A partir de aquí comienza la caracterización gramatical, que comprende los pasos sucesivos de clasificación semántica (pasillos) y de clasificación morfológica (laberintos).  

3. Los "prototipos"

Los prototipos son las diferentes versiones que puede adquirir nuestra máquina en función de los niveles educativos en que se hallen los alumnos y en función de los intereses de los grupos. La gradación podría ser la siguiente:

"Prototipo 0".
Es el modelo más simple, el que puede servir para iniciar a los alumnos en la tarea clasificatoria, y se ha utilizado en el aula con alumnos de los primeros cursos de la Enseñanza Primaria. Conviene que, antes de trabajar con el modelo, se realicen algunos trabajos previos con dichos alumnos para que éstos aprecien el diferente valor funcional y comunicativo de las palabras que componen los textos. Por ejemplo, ejercicios en los que, a partir de un texto breve, se vayan suprimiendo determinadas palabras para observar el efecto que se produce en el nivel de comprensión del texto. Otro ejercicio similar consiste en separar las palabras de un texto en dos grupos: por un lado, las palabras con mayor carga semántica y, por otro, las palabras con menor carga semántica. Una vez separadas las leemos en el orden original y comprobamos cuál de los dos mensajes resultantes tiene más sentido. Por último, uno de los ejercicios más interesantes en esta primera fase es la transformación de textos breves en telegramas y viceversa.

Tras estos ejercicios y otros similares5, llegamos al acuerdo de dividir las palabras en dos grupos cuya denominación, acordada conjuntamente en la clase, fue la de: "palabras que dicen" (bloque 1) y "palabras que hacen" (bloque 2)6. Como no es posible resolver tan pronto ni tan simplemente todos los problemas de clasificación que presentan las palabras de un texto, se reserva un apartado para las incógnitas. De esta manera, la forma gráfica inicial de la "máquina" es la que aparece en la figura 1.

Para ejemplificar el funcionamiento de la "máquina", tomemos la "Canción del jinete" de Lorca y hagámosla pasar por los diferentes "prototipos" de la máquina:

Aunque se trata de un ejemplo ad hoc, el resultado que se ofrece es similar a los obtenidos en clase. Hemos de aclarar, antes de proseguir, que en nuestra opinión resulta muy conveniente realizar los primeros trabajos de clasificación de forma colectiva, ya que esto fomenta un debate muy enriquecedor en la reflexión gramatical, aunque a veces, en las primeras aproximaciones, nos veamos obligados a aceptar soluciones "falsas" pero lógicas. De hecho, en la solución que proponemos se pueden apreciar algunas imprecisiones desde un punto de vista estrictamente lingüístico, pero consideramos que en esta fase escolar resultan admisibles. Observemos, por ejemplo, que el pronombre yo aparece en el bloque 1 mientras que la forma me aparece en el bloque 2, porque los alumnos perciben una mayor carga semántica en los pronombres personales en función de sujeto que en los de complemento. Por causas similares, el adverbio apocopado tan aparecerá probablemente en el bloque 2 mientras que la forma nunca lo hará en el bloque 1. Por otra parte, en esta fase sólo puede plantearse la clasificación de las palabras como unidades simples, como "elementos separados en la escritura por un espacio en blanco". Por ello, serán recogidas como dos elementos tanto la forma perifrástica está mirando como la locución antes de. Hemos de comentar, por último, la aparición de las interjecciones como palabras de difícil ubicación dentro de la máquina y que, seguramente, aparecerán en el bloque de dudas o en el 2.

"Prototipo 1".
Después de trabajar con la primera "máquina", el segundo paso es dividir en casillas cada uno de los dos bloques anteriores, empezando por las "palabras que dicen", intentando dar respuesta a la pregunta ¿qué dicen? Esta fase puede abordarse a partir del tercer curso de primaria y requiere mucho trabajo previo de clasificación y de agrupación de palabras basándose en su parecido formal y semántico hasta formar grupos homogéneos que nos permitan formular sencillas definiciones de las categorías nombre, adjetivo, verbo y adverbio. Las obtenidas en algunas de nuestras aulas fueron las que vemos en la fig. 3.

Sólo después de haber trabajado ampliamente esta parte, repetiremos la división en casillas del bloque de las "palabras que hacen", ya que éstas les resultan a los alumnos mucho más difíciles de agrupar. Con frecuencia será el profesor quien vaya conduciendo a los alumnos hasta la definición deseada, para intentar que éstos respondan de la forma más correcta posible; pero lo más importante es que la definición sea propuesta por los propios alumnos y acordada con ellos, puesto que de ese modo les será mucho más fácil de asimilar y comprender7. Ahora nos aparecerán los determinantes, preposiciones, conjunciones y pronombres. Didácticamente acaso sea preferible en un principio no hacer distinción entre preposiciones y conjunciones y hablar de unidades de relación o nexos para referirnos al conjunto de ambas palabras8. También mantendremos, durante el tiempo que consideremos necesario, el bloque de dudas. En una fase posterior establecemos la diferencia entre preposición y conjunción, y suprimiremos el bloque de dudas hasta obtener la forma que se presenta en la fig. 3. Un problema particular lo plantean las interjecciones. La disparidad de criterios entre los lingüistas resulta sintomática de las dificultades que ofrece la clasificación de estos elementos9. Por ello, en nuestra propuesta hemos optado por considerarlas como elementos no equiparables al resto de las palabras y no las hemos incluido en la "máquina"10. Por último, es interesante aclarar la presencia de los pronombres en el bloque de las "palabras que hacen". Esto es comprensible si aceptamos, como se señaló arriba, que en una primera aproximación los alumnos no perciben los pronombres como palabras "que dicen", salvo los personales en función de sujeto, y sin embargo, una vez que se acercan a su contenido, comienzan a reconocerlas como tales. Por eso, en ulteriores versiones de nuestra "máquina" estos elementos serán reconducidos hacia el bloque de la izquierda.

Aplicando este segundo estadio, nuestro texto inicial
quedaría:                              

Esta sería la mejor solución, en la que ya no aparecen ni las interjecciones ni el bloque de dudas.

 

Las "máquinas parciales" y el "Modelo final".
Aquí comienza la tercera parte del trabajo, la más ardua, y la que más parecido puede tener con el estudio tradicional de la gramática. El objetivo es conocer las distintas subcategorías dentro de cada casilla y llegar a la construcción de las máquinas parciales (que comentaremos más detalladamente en el § 4).

Para ello, continuando con nuestra propuesta metodológica, trabajaremos con cada grupo por separado para mejorar su identificación y para intentar determinar cuáles son los rasgos morfológicos y semánticos que nos van a permitir establecer las subcategorías. Estas máquinas parciales no tienen por qué ser definitivas: al contrario, su complejidad puede y debe ir en aumento a medida que ascendemos de curso. En este sentido, la "máquina" que presentamos debe ir cumpliendo los objetivos de esta materia a lo largo de los cursos de la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Una vez obtenidas las máquinas parciales se unen todas para formar la máquina definitiva, el "Modelo final". Representa la culminación del proceso iniciado en el estadio anterior, es decir, la presentación de la máquina en su totalidad y el consiguiente trabajo de análisis con todo tipo de palabras al mismo tiempo. Este estadio debe llevarse a cabo en cada curso en su conjunto, presentando una máquina completa con diferentes grados de complejidad en cada curso para volver a reiniciar el estudio en la elaboración de "máquinas parciales" al curso siguiente, de forma recurrente. De igual modo, si nos propusiéramos aplicar este método en cualquier curso intermedio por primera vez podríamos hacerlo comenzando por el estadio que consideremos más adecuado al momento evolutivo de los alumnos. Como ejemplo de los distintos grados de complejidad que puede adoptar una misma casilla, veamos algunas posibles presentaciones de la "máquina parcial" de clasificación de los verbos, de menor a mayor complejidad11:

Ver Máquina parcial del verbo

Con carácter general podemos decir que las palabras del bloque izquierdo, aquellas que dicen, presentan una mayor complejidad en la parte interior que va decreciendo hacia la salida, mientras que en las del bloque derecho sucede al contrario. Esto nos dará una idea orientativa para plantear los distintos grados de profundización.  

 

4. Las casillas de la "máquina":
las "máquinas parciales"12

Ver Máquinas parciales

Ver Máquina de clasificar palabras

4.a. Los nombres.
Esta "máquina" está formada por un pasillo de entrada, un laberinto horizontal y dos verticales.

El pasillo inicial clasifica la unidad objeto de análisis en simple o compuesta, es decir, distingue entre nombres simples y unidades léxicas más complejas: coche frente a coche-cama, máquina frente a máquina de escribir, pez o pez espada. Los laberintos horizontales reflejan la clasificación semántica13. Los laberintos verticales reflejan los cambios morfológicos, aunque no abordan determinadas peculiaridades del género (irregularidades, heterónimos, epicenos, ambiguos...) ni del número, consideradas como casos excepcionales. Veamos cuál es el resultado de hacer pasar por esta máquina varios de los nombres de la "Canción del jinete":

Córdoba: Nombre simple, propio, concreto, individual, no contable, inanimado, femenino, singular.
camino: Nombre simple, común, concreto, individual, contable, inanimado, masculino, singular.
muerte: Nombre simple, común, abstracto, individual, no contable, inanimado, femenino, singular.

4.b. Los adjetivos.
Como es hoy habitual en muchos estudios gramaticales, reservamos el nombre de adjetivo para lo que la gramática tradicional denominaba adjetivos calificativos, e incluimos los llamados adjetivos determinativos entre los determinantes14.

En esta categoría no necesitamos recurrir a una determinación previa de la unidad lingüística porque las formas superiores a la palabra se determinan en las opciones del grado comparativo y superlativo (absoluto con adverbio o relativo). Sí se incluye en este caso el género invariable para los adjetivos de una sola terminación. En el modelo que aquí proponemos, no se incluye la diferencia entre adjetivos explicativos y especificativos porque la entendemos como una diferencia funcional, lo cual no impide que pueda también contemplarse. En la "Canción del jinete" encontramos adjetivos como los siguientes:

lejana: adjetivo en grado positivo, femenino, singular.
grande: adjetivo en grado positivo, invariable, singular.

4.c. Los verbos. La "máquina parcial" del verbo que presentamos es la más compleja de todas, pero ya hemos indicado que puede aparecer en versiones con distintos grados de dificultad (cf. más arriba § 2).

El primer pasillo establece la unidad lingüística al tiempo que distingue entre las categorías superiores a la palabra: perífrasis, formas compuestas y voz pasiva15. La voz activa queda recogida por defecto. La segunda clasificación combina los criterios semánticos con los sintácticos al establecer la división entre copulativos y predicativos y, dentro de éstos, entre transitivos e intransitivos16. Para finalizar, establecemos dos pasillos horizontales para separar las formas personales de las no personales y transformamos el pasillo de las formas personales en un laberinto vertical por donde la unidad analizada va adquiriendo los rasgos de persona, número, tiempo y modo. Nótese que agrupamos los accidentes de tiempo y aspecto en uno solo al que preferimos denominar "tiempo verbal", para evitar confusiones del tipo Presente Imperfecto de Indicativo que suelen aparecer a veces por el afán de cubrir todos los pasos del recorrido. El análisis de los verbos del texto que usamos como ejemplo daría resultados como los que siguen:

sepa: Verbo saber, forma simple, predicativo, transitivo, primera persona del singular del Presente de Subjuntivo.
está mirando: Verbo mirar, perífrasis aspectual, predicativo, transitivo, tercera persona del singular del Presente de Indicativo.

4.d. Los Adverbios.
Hemos simplificado al máximo esta parte de la clasificación renunciando a algunos rasgos morfológicos (superlativos, diminutivos, derivados en -mente), aunque sí recogemos, nombrándolas como tales, las locuciones adverbiales. En cuanto a la clasificación semántica, hemos seleccionado las categorías más abarcadoras incluyendo en el mismo nivel categorías más funcionales, como es el caso de los interrogativos y los relativos17.

En el texto encontramos los siguientes adverbios:

Nunca: Adverbio simple de negación (o de tiempo)18
Antes: Adverbio simple de tiempo.
Tan: Adverbio simple de cantidad.

4.e. Los determinantes.
Como ya se señaló más arriba, en la categoría de adjetivos sólo se recogen los adjetivos calificativos, y se recogen como determinantes las formas que la gramática tradicional denominaba adjetivos determinativos, tales como las formas tónicas de los posesivos, a los que consideramos variaciones formales de las correspondientes átonas cuando aparecen pospuestas.

En los posesivos mantenemos la persona del poseedor pero no el número de poseedores, de modo que el morfema de número que se analiza al final de la máquina se refiere, lógicamente, a lo poseído. A todos aquellos determinantes que no presentan variación en los morfemas de género se les puede aplicar la calificación de "invariable" o se les puede dar, por concordancia, el género del sustantivo al que acompañan. Algunos determinantes de la "Canción del jinete" son:

mi: determinante posesivo de primera persona, femenino (por concordancia), singular.
las: determinante artículo, femenino, plural.
qué: determinante exclamativo, masculino (por concordancia), singular (por concordancia).

4.f. Las preposiciones.
Se trata de la casilla más simple19. Distinguimos exclusivamente las preposiciones simples (o propias) y las locuciones prepositivas (discutieron a causa de un malentendido).

El texto sólo presenta casos de preposiciones simples, por lo tanto, obviaremos los ejemplos en este caso.

4.g. Las conjunciones.
Las conjunciones son un tipo de palabras cuya clasificación suele plantear a los alumnos una gran dificultad por tratarse de palabras puramente funcionales que, a diferencia de las preposiciones, son mucho más abundantes y establecen una gran variedad de relaciones sintácticas. Para asimilar correctamente su clasificación sería preciso manejar conceptos sintácticos que no siempre están al alcance de los alumnos de secundaria y raras veces de los de primaria20.

Las palabras de la "Canción del jinete" que corresponden a esta casilla quedarían caracterizadas del siguiente modo:

y: Conjunción simple, coordinante, copulativa.
aunque: Conjunción simple, subordinante, concesiva.
que: Conjunción simple, subordinante, causal.

4.h. Los pronombres.
Ya se explicó más arriba las peculiaridades que presenta su ubicación en la "máquina" (§ 3). En cuanto a la estructura de su clasificación, merece comentario la proximidad de los pronombres personales y los posesivos para compartir la clasificación de persona. En el caso de los pronombres personales se introduce asimismo la clasificación según la función de sujeto o de complemento. La reducción del número de subcategorías de los numerales se debe a razones de espacio, ya que siguen existiendo tantas subcategorías como en el caso de los determinantes. Mantenemos las dos principales como referencia, pero si explicamos a los alumnos la proximidad entre los determinantes y los pronombres, ellos podrán aplicar por extensión el resto de los casos.

En el laberinto correspondiente al género, se plantea la opción "invariable", que no suele aparecer en las gramáticas, para responder a casos como se, le, nos, os, etc. También aparece en el laberinto del número con objeto de caracterizar al pronombre relativo que.

En la "Canción del jinete" encontramos estos pronombres:

yo: Pronombre personal función de sujeto de primera persona del singular.
me: Pronombre personal función de complemento de primera persona del singular.  

 

Alcance y limitaciones de la propuesta

Como ha podido observarse, lo que presentamos aquí no es sino un procedimiento para obtener resultados similares a los del análisis morfológico tradicional. No obstante, creemos que nuestra propuesta tiene una serie de ventajas sobre los modos habituales de realizar este tipo de ejercicios. La principal virtud que este método de clasificación ha demostrado en el tiempo que se viene aplicando es la de hacer que el alumno automatice el proceso y retenga en la memoria los distintos rasgos morfológicos y semánticos de las palabras. Por eso la máquina presenta todos los rasgos posibles de forma explícita, para que la lectura constante los fije en la memoria. No hay que olvidar que el objetivo final es conseguir que el alumno haya interiorizado las categorías gramaticales y los rasgos morfológicos y sintácticos, de forma que se pueda prescindir de usar la "máquina" como tal. Esto se consigue gracias a que es un método simple e intuitivo, manipulativo, que requiere una participación directa por parte de los alumnos en la reflexión. Por otra parte, como se dijo arriba, es adaptable a diferentes niveles de dificultad y, gracias a su eclecticismo, puede usarse con diferentes teorías gramaticales (léase libros de texto) proporcionando una respuesta novedosa a los principales problemas de clasificación, ya que se aparta de los arduos caminos tradicionales del análisis morfológico, tan necesario por otra parte en el proceso de formación del alumno. Por último, hay que insistir en que se trata de un método probado durante varios años de docencia en diferentes niveles de enseñanza. En cuanto a sus limitaciones, la primera y más evidente es la del espacio, que obliga a elegir las opciones de clasificación más importantes descartando otras, que no por ello deben quedar fuera de las explicaciones, como es el caso de las clases de perífrasis o de los demostrativos en función de la distancia, por citar sólo dos ejemplos. En otro orden de cosas estarían aquellos problemas que la máquina no podría resolver, ya que se salen de su planteamiento metodológico, tales como la metábasis, las unidades fraseológicas, los diminutivos, o la clasificación de palabras según el contexto, del tipo de mucho, algo, nada, más, que, etc. Problemas de carácter funcional que quedan en su mayoría incluso fuera del ámbito de los objetivos del área de Lengua castellana para el ciclo educativo de la Enseñanza Secundaria.

 

NOTAS

1 La obra que sirve de base terminológica y conceptual a nuestra propuesta es la de Torrego, 1997, pero, como se verá, no nos hemos ajustado a las propuestas de este autor en determinados puntos, que se indicarán oportunamente.

2 La idea inicial de construir una máquina de clasificar palabras surgió de un equipo de maestros de primaria formado por Regina Olmos, Jesús Palop y Salvador Álvaro, autores de una primera versión de la misma, dirigida a alumnos de educación primaria.

3 El único laberinto que aparece en posición horizontal es el de la clasificación semántica de los nombres, y es horizontal precisamente por su carácter semántico.

4 Para la determinación de las unidades complejas puede consultarse Penadés, 1999.

5 Pueden verse algunas propuestas didácticas para la escuela en Muñoz, 1983.

6 A pesar de lo elemental que resulta, esta clasificación de las palabras no es extraña en los estudios gramaticales. Al contrario, es una de las divisiones con más tradición, ya que aparece desde los griegos con parecidas fórmulas (cf. Alcina y Blecua, 1975:40-48); entre los estructuralistas, una propuesta en parte coincidente con ésta se encuentra en Coseriu, 1971.

7 Como ejemplo de esta heterodoxia de las definiciones véase la de adverbio, a la que llegamos en una de nuestras clases: "Las [palabras] que dicen cómo, cuándo o dónde sucede lo que cuenta el verbo, o lo aumentan o lo disminuyen, o lo afirman o lo niegan". Se puede ver que a pesar de la prolijidad de la definición, no agrupa todos los casos posibles (queda fuera la función cuantificadora de adjetivos y de adverbios, por ejemplo). Pero no es de extrañar la imprecisión de la definición que hemos obtenido, sobre todo si se tiene en cuenta la variedad de contenidos semánticos y de comportamientos sintácticos de esta categoría, lo que hace que haya sido descrita como el "cajón de sastre" de las categorías gramaticales (Bosque, 1989:26).

8 Entre los primeros gramáticos ya aparecen estos elementos englobados en la misma clase y así lo mantienen hoy las teorías de corte funcionalista (cfr. Marcos Marín, 1972; Alarcos, 1994).

9 Cfr. Alcina y Blecua, 1975:817-819.

10 La exclusión de estos elementos como "partes de la oración" es hoy bastante habitual entre los gramáticos, quienes han aducido para ello razones fonológicas, morfológicas, prosódicas, sintácticas y semánticas. Gili Gaya (1943) las sitúa en el primer grado dentro del carácter sintético de la oración exclamativa; Marcos Marín (1972:108) afirma explícitamente que no son partes de la oración; Alarcos Llorach (1994:240) las considera "palabras autónomas que (...) no se insertan funcionalmente dentro de la oración y constituyen por sí solas enunciados independientes" y, por tanto, se encuentran fuera de la sintaxis; Gómez Torrego (1997:248) las define como "palabras tónicas que constituyen enunciados exclamativos por sí mismas."; Alonso-Cortés (1999:4027) las excluye de la sintaxis para situarlas en el ámbito de la pragmática en tanto que unidades de carácter de indicador ilocutivo; Alvar (2000:479-481) que centra su explicación en los aspectos prosodémicos, también las excluye del resto de categorías gramaticales.

11 Obsérvese que aún podría completarse la "máquina" añadiendo, por ejemplo, las diferentes clases de perífrasis aspectuales y modales, o incluyendo los verbos pronominales, etc. La complejidad, en definitiva, vendrá determinada por las necesidades didácticas de cada curso o por las características del grupo.

12 Lo que aquí se ofrece es sólo nuestra propuesta. Como hemos señalado, nada impide que se aplique este modelo con criterios diferentes y desde planteamientos teóricos distintos.

13 Hemos seguido una de las clasificaciones semánticas del sustantivo más habituales, que coincide con la que propone la RAE, 1973, y la que sugirió en su momento el Ministerio de Educación y Ciencia (Alonso Marcos, 1986:114-116).

14 Cf. Alarcos, 1994:78.

15 La forma gráfica a la que hemos recurrido en la "máquina" impone determinadas limitaciones. Una de ellas es la que aquí se nos presenta. Somos conscientes de que esta división en pasillos no resulta del todo adecuada, pues una forma verbal puede ser simultáneamente forma compuesta, voz pasiva y forma perifrástica. Aquí ha primado la necesidad de simplificar las opciones, aun a sabiendas de que tal simplificación pueda suponer a veces imprecisión y hasta un grado asumible de inexactitud.

16 En puridad, los conceptos de predicativo, copulativo, transitivo e intransitivo son calificativos más apropiados para el SV que para el verbo.

 

{numero}
Volver arriba

[Página principal] [Reseñas] [Multimedia] [E/LE] [Editorial] [Sugerencias] [Agenda] [Revista de Prensa] [Foros]
¿Quiénes somos? - Correo Revista

©  2010 Ediciones Cuadernos Cervantes

Logo plan Avanza