En la vida conocí mujer igual a la Flaca,
coral negro de La Habana, tremendísima
mulata.
Cien libras de piel y hueso, cuarenta kilos
de Salsa,
en la cara dos soles que sin palabras hablan.
La Flaca duerme de día, dice que así
el hambre
engaña,
cuando cae la noche, baja a bailar a la Tasca.
Y bailar y bailar, y tomar y tomar,
una cerveza tras otra pero ella nunca engorda.
(Estribillo)
Por un beso de la Flaca daría lo que fuera,
por un beso de ella, aunque solo uno fuera.
Mojé mis sábanas blancas, como dice
la
canción,
recordando la caricias que me brindó el
primer
día.
Enloquezco de ganas de dormir a su ladito
porque ¡Dios! que esta Flaca a mí me tiene
loquito.