Estas
líneas que pretenden ser un artículo editorial se están escribiendo
poco después de los trágicos acontecimientos ocurridos en España
el día 11 de marzo de 2004. Parece una macabra paradoja el hecho de que
en este número, en el que saludamos e iniciamos la colaboración
con la Federación Internacional de Asociaciones de Profesores de Español
(FIAPE), una iniciativa global que abre una perspectiva inédita en el mundo
de la enseñanza del español y de su difusión, tengamos que
lamentar que otra iniciativa global, ésta con el terror como fin y como
medio, haya asestado un golpe brutal a nuestra convivencia, dejando marcada la
memoria de una generación con la impresión dramática que
sólo el odio extremo es capaz de producir. Resulta igualmente paradójico
que ese terrible atentado se haya producido en la ruta que une Madrid con Alcalá
de Henares, la ciudad de nacimiento del escritor que da nombre a nuestra revista
y que actúa de referente para tantos profesores de español en todo
el mundo.
FIAPE es un lugar de encuentro, una iniciativa transnacional
que tiene como bases la cooperación, el diálogo y una voluntad de
intercambio, valores todos ellos que la colaboración con FIAPE hará,
si cabe, más visibles en nuestra revista y que al final, sean cuales sean
las medidas que ahora haya que tomar contra el odio global, resultarán
imprescindibles para conseguir un mundo en el que los próximos días
once de marzo sean luminosos.
POSICIONARSE(1)
El verbo posicionarse no tiene muchos años cumplidos.
Y siempre que aparece una palabra tan joven podemos preguntarnos cómo se
las apañaban nuestros antepasados.
Nadie usa posicionarse en su vida cotidiana, ni siquiera
los políticos. Nadie le dice a su cónyuge: "Tienes que posicionarte
sobre si vamos al cine o no", así sea quien lo propone el mismísimo
lehendakari. Pero ya se sabe que los políticos han de hablar su
jerga si quieren parecernos más importantes. Ahora les están copiando
los expertos en marketing, que no hacen más que posicionar los productos
del mercado.
La Academia ha dejado pasar el verbo posicionar, y curiosamente
lo clasifica como intransitivo (lo siento mucho, amigos publicistas) y como pronominal.
Y significa, claro, "tomar posición".
Si posicionarse equivale también a "adoptar
una postura", no tardará el día en que nos hablen de posturarse
y de posturar. "Yo me posturo, tú te posturas, él se
postura…".
No sé de qué se extrañan, si leen "posicionarse"
y no dicen nada.
Álex Grijelmo.
Críticas con humor sobre el idioma y el Diccionario.
Asertos de Sancho. De Cajón. Verdades como Puños.
1.- Posicionarse:
posicionarse es lo que Cuadernos Cervantes hace una
vez más en estas líneas, apostando por la convivencia entre las
culturas y las lenguas del mundo: ahora más que nunca, en estos momentos
difíciles; también es la nueva colaboración con la FIAPE,
cuyo objetivo es la difusión de la lengua y la cultura española
e hispánica en el mundo, que saludamos en este número; pero posicionarse
es lo que Cuadernos Cervantes lleva haciendo a lo largo de casi diez años
en nuestros editoriales, que han propiciado reflexiones, artículos y discursos
entre los prescriptores de opinión; y por ello aseguramos a todos nuestros
lectores que vamos a seguir en la línea, en esta senda emprendida y que
nos marcan esos ideales de paz y convivencia entre culturas; nos posturamos
así en estos asertos: dejamos constancia, no hay vuelta atrás
en el camino, en la comprensión de unos y de otros a través de las
palabras (españolas, árabes, portuguesas, germánicas) que
nos definen hoy.
CUADERNOS CERVANTES
DE LA LENGUA ESPAÑOLA
|