Español Recurso EconómicoAnatomía de un nuevo sectorOSCAR
BERDUGO A pesar de que Cuadernos Cervantes ha dedicado
muchas páginas a analizar los problemas y oportunidades que se derivan de la aparición
del concepto de Español como Recurso Económico y de la configuración del sector
en torno a ese lema, nos parece oportuno revisar, completar y ordenar en este
artículo más amplio muchas de las cosas ya dichas, otras nuevas esperando, en
todo caso, que esta exposición sirva para una mejor comprensión y facilite una
perspectiva mas global del conjunto.
En 1996 promovimos desde estas páginas la creación de una organización que
dimos en llamar Español Recurso Económico. Con ella pretendíamos articular
una plataforma que agrupara a las diferentes actividades económicas que utilizan
el español como herramienta básica de trabajo. La idea que subyacía y que subyace
bajo el concepto de Español Recurso Económico es la de buscar puntos de
encuentro entre los diferentes sectores de ese conglomerado de actividades, ofrecerles
servicios comunes, establecer planes conjuntos de promoción y comercialización,
buscar estrategias unificadoras y, en definitiva, fomentar la madurez de esas
empresas y la creación de un tejido empresarial más sólido. Como consecuencia,
esperábamos construir un nuevo sector, agrupando actividades antes dispersas,
y conseguir con ello su plena integración en la economía española, y, como objetivo
último, instalar la idea en la sociedad y en la administración de que éste es
un sector estratégico y que debe ser considerado, al menos, en la misma forma
que otros sectores tradicionales de la economía española. La tarea inicial
no era fácil, porque desde un punto de vista amplio, una enorme cantidad de actividades
económicas son deudoras del idioma en el que realizan sus operaciones, sobre todo
en lo que concierne al mercado exterior. Así pues se imponía una tarea previa
de delimitación que se hizo siguiendo, como primer criterio, que fueran actividades
que tuvieran la lengua como soporte o como objeto de trabajo. Un segundo criterio
fue que cualquiera de ellas pudiera participar, aunque fuera de un modo colateral,
como se dice ahora, de estrategias comerciales conjuntas. Un tercer criterio,
y muy importante, era que cada una de las actividades integradas en el concepto
Español Recurso Económico, aportara ele-mentos que contribuyeran a conformarlo
como un sector de vanguardia y estratégico. Esto se hizo así, partiendo de la
hipótesis de que el sector debe convertirse en una punta de lanza, que facilite
la apertura de nuevos mercados al resto del tejido productivo. Esto parecía realmente
importante, en la medida en que los mercados mundiales son cada vez más mercados
culturales, en los que el principal valor añadido es el significado de lo que
se compra: la marca como garantía, no ya de calidad, sino de identidad de un producto
o servicio. En este sentido parece obvio que un sector del español, conformado
de esta manera, tiene una enorme capacidad para inducir el incremento de la demanda
de bienes y servicios ligados genéricamente con la idea de lo español: gastronomía,
diseño, moda, turismo. Y desde luego es bien conocido el efecto de arrastre que
seguidamente tiene lugar con el resto de los servicios o de los productos industriales.
Un cuarto criterio consistía en que esos sectores debían tener un enorme potencial
de proyección hacia mercados exteriores, puesto que ya damos por sentado que el
español es un recurso económico dentro de nuestras propias fronteras. Una
vez fijados estos criterios, el siguiente paso fue encontrar los sectores y subsectores
o áreas de actividad que podrían integrarse en el concepto Español Recurso
Económico. En este escalón fueron definidos los siguientes:
- Servicios Lingüísticos: planificación lingüística, servicios lexicográficos,
documentación, termino-logía, in-traducción y ex-traducción.
- Enseñanza
de español para extranjeros.
- Productos editoriales para la enseñanza
del español.
- Tecnologías de la lengua.
- Sector editorial.
- Sector audiovisual.
- Sector musical.
Una vez establecidos
estos sectores, era necesario observar como interaccionan entre sí, para intentar
fijar una estructura teórica interna, a fin de que el conjunto de datos fuera
percibido como un todo organizado y que pueda comprenderse mejor el papel que
desempeña cada uno. La inclusión del sector editorial en su conjunto, del
sector audiovisual y del sector musical planteaba graves problemas metodológicos
puesto que se trata de actividades en las que el español es una condición de posibilidad,
es decir, que la lengua no es el objeto mismo de su actividad sino su vehículo.
Por otra parte, se trata de sectores bien definidos, con una cultura mercantil
propia que aconsejaba por tanto diferenciarlos del resto. Así pues, una
aproximación a esa estructura interna podría quedar reflejada en el gráfico siguiente:
 En
él, como ven, hay un núcleo central que estaría ocupado por los servicios lingüísticos,
la enseñanza de español para extranjeros y las ediciones para la enseñanza del
español. El 100% de la facturación de estos sectores tiene como objeto de su actividad
la lengua española. Después vemos el sector de tecnologías de la lengua, que
adquiere valor principalmente por su carácter estratégico. Un desarrollo sólido
de este sector puede impulsar el liderazgo de los demás sectores del conjunto,
o bien su falta de desarrollo puede generar situaciones de dependencia y, desde
luego, lucro cesante. En el tercer grupo se encuentran los sectores editorial,
audiovisual y musical, englobados con la denominación "sectores de difusión".
Se trata de un grupo que interacciona fuertemente con el resto, que difunde la
lengua y la cultura española y que contribuye a crear el entorno cultural adecuado
para un mayor crecimiento del conjunto. Por último, el cuarto grupo refleja
cómo el conjunto del sector, especialmente si se logra llevar a cabo una estrategia
integrada de penetración de mercados, puede producir un efecto de arrastre de
aquellos sectores mas identificados con la cultura española. Si esto se llegara
a producir, la consecuencia sería la creación de un referente cultural complejo
que, como hemos dicho antes, facilitaría la penetración en los mercados de diferentes
productos y servicios bajo el paraguas de esa marca genérica del español o lo
español. En fin, como se puede observar en el gráfico, en este planteamiento
la enseñanza del español para extranjeros ocupa un lugar central y al análisis
de ese subsector voy a dedicar las siguientes líneas. ESTRUCTURA
DEL SECTOR DE CURSOS DE ESPAÑOL PARA EXTRANJEROSComenzaremos el
análisis de la oferta de servicios educativos para la enseñanza de español para
extranjeros empezando por sus datos cuantitativos que son los siguientes:
Este es un sector relativamente joven, en el que la mayoría de las empresas o
instituciones implicadas no llevan ejerciendo la actividad más de quince años.
Naturalmente hay excepciones, algunas universidades ofrecen sus cursos internacionales
desde hace varias décadas y algunas, muy pocas, empresas privadas tienen una antigüedad
superior a los veinte años. Actualmente aparecen censadas más de doscientas
empresas cuya actividad, total o parcialmente, está dedicada a la enseñanza del
español para extranjeros. Todas las empresas del sector son pequeñas y medianas
empresas (PYMES). Más bien, sería adecuado hablar solamente de pequeñas empresas,
ya que ninguna se acerca a la cifra de 250 trabajadores. La facturación total
del sector fue, en 1995, de 24.658 millones de pesetas. No disponemos de la secuencia
exacta del período 1995-2000, pero sí se han hecho proyecciones y encuestas parciales
que nos permiten suponer que la variación interanual del período ha sido positiva,
con incrementos anuales medios cercanos al 15%. A este volumen de negocio
habría que sumar el denominado gasto invisible (aquello que se gastan los alumnos
durante su estancia fuera de los cauces de las empresas) que se estima en una
media de 20.000 pesetas por semana. Esto supondría 12.000 millones más de facturación
inducida por el sector. El número de alumnos que recibe España con la motivación
de adquirir competencia en español es aproximadamente de 150.000 por año. No disponemos
de la relación estudiantes / semana que sería un indicador mucho más exacto que
la cifra bruta y que además se puede cruzar con la cifra de facturación. No obstante,
en la medida en que se pueden percibir las variaciones interanuales sí podemos
decir que es un sector en crecimiento. En el conjunto del sector conviven
la oferta pública y la oferta privada. La oferta pública está constituida por
los cursos ofrecidos por las universidades y otras instituciones públicas, mientras
que la oferta privada es ofrecida por empresas que se dedican a la enseñanza de
lenguas. Dentro de la oferta pública podemos distinguir: - Aquella
que se ha constituido como sociedad mercantil, dotando a sus cursos de español
para extranjeros de una gestión más autónoma y flexible que, en algunos casos,
ha venido acompañada de la adopción de formas mas profesionales de administración.
- Por otra parte están los tradicionales cursos de las universidades con un
funcionamiento integrado dentro de los modos habituales de estas instituciones.
En la empresa privada se distinguen dos grandes grupos: - Las empresas
ligadas (en forma de franquicias, o mediante cualquier otro tipo de relación)
con grupos internacionales de enseñanza de lenguas. Éstas se caracterizan por
basar total o parcialmente sus estrategias de mercadotecnia en el exterior en
la implantación internacional del grupo. Normalmente este tipo de empresas tiene
un departamento de español dentro de una oferta más amplia de enseñanza de lenguas
en general.
- Las empresas que ofertan solamente cursos de español. Son empresas
más especializadas que deben operar por sí mismas o integrándose en organizaciones
más amplias, nacionales o internacionales, con un gran esfuerzo de promoción exterior.
Los estudiantes se dividen casi al 50% entre los que acuden a cursos ofrecidos
por universidades y cursos ofrecidos por escuelas privadas. En general no
se puede decir que ambas partes, oferta pública y oferta privada, mantengan un
diálogo provechoso. Se comportan como grupos estancos, entre los que no se establecen
canales de comunicación, como si la actividad de uno fuera ajena a la del otro.
Esto en parte es debido a los diferentes canales de comercialización utilizados.
SEGMENTACIÓN DE LA DEMANDASin
entrar de momento en la segmentación de la demanda por mercados, sí creo que será
conveniente para una mejor comprensión de la estructura del sector en España hacer
un pequeño repaso de los segmentos de la demanda y de cuál es la adecuación de
la oferta española a ellos: - El primer tramo está constituido por estudiantes
de enseñanzas medias, es decir, en edades comprendidas entre 13 y 17 años, que
reclaman cursos de perfeccionamiento si han estudiado español dentro de su plan
curricular o bien estancias breves de introducción a la lengua y la cultura española
como los minisejours, muy populares en Francia.
- Un segundo tramo está constituido
por estudiantes universitarios entre los que habría que distinguir:
-
Los que tienen el español dentro del currículum.
- Los que requieren su aprendizaje
como complemento de su formación.
- Perfeccionamiento y formación de profesores.
- Los que desean aprender español sin ningún fin específico.
- Los que desean
aprender español por necesidades profesionales con las siguientes características:
- Cursos intensivos o mini intensivos.
- Enfoque hacia la pericia comunicativa.
CANALES DE COMERCIALIZACIÓNComo
media del sector privado, podemos decir que los canales de comercialización utilizados
son los siguientes: - Agentes especializados en viajes educativos. Se trata
de los alumnos que llegan a través de empresas extranjeras que organizan viajes
educativos y suponen un porcentaje del 35%.
- Acuerdos o peticiones a través
de escuelas privadas extranjeras, universidades e institutos de enseñanzas medias
y oficinas públicas de información de otros países. Esto supone un porcentaje
del 25%.
- Promoción directa. A través de la participación en ferias, exposiciones
y workshops o de publicidad en revistas y periódicos en el extranjero. Este canal
supone un porcentaje del 20% del total, aunque sus efectos inducidos son mucho
mayores.
- A través de Internet. La utilización de este canal de comercialización
es relativamente reciente y, a pesar de ello, ya supone un porcentaje notable
del 16% y es, sin duda, uno de los que ofrecen mayores posibilidades para el futuro.
- La información distribuida por los organismos espanoles en el extranjero,
que supone un porcentaje del 9%: embajadas, consulados, oficinas de turismo, oficinas
comerciales, guías oficiales.
La oferta pública recibe sus mayores contingentes
de estudiantes a través de acuerdos o convenios con universidades e instituciones
educativas. En términos porcentuales hasta el 70% del total procede de esa vía.
El resto está repartido entre inscripciones directas, gentes de viajes educativos
y otros medios. FUERZA LABORAL DEL
SECTOR Y CONCENTRACIÓN GEOGRÁFICALa fuerza laboral estable del
sector está compuesta por unas 2.200 personas que se reparten en porcentajes casi
idénticos entre el sector público y el sector privado. Naturalmente, el sector
es fuertemente estacional, por lo que esta cifra se puede llegar a triplicar durante
los meses de verano. En cuanto a la concentración geográfica de las empresas
del sector, Andalucía y Madrid cuentan con el mayor número de centros con el 24,1%
y el 23,6% respectivamente. Les sigue la comunidad de Castilla y León con un 16
%. Después Cataluña y la Comunidad Valenciana con cerca del 11% cada una de ellas.
Cantabria y el País Vasco reúnen el 5,2%. El resto se reparte entre varias comunidades.
Por ciudades, Salamanca, Málaga y Madrid son las que cuentan con un mayor
número de escuelas. En cuanto al origen de los estudiantes, los diferentes
países europeos aportan casi el 70% del total, destacando entre ellos Alemania
con un 21%, Francia con un 14%, Inglaterra con un 7% y los países nórdicos con
un 6%. Estados Unidos (y Canadá) aporta un 17 % sobre el total, aunque este
dato hay que interpretarlo con cierta cautela porque probablemente el porcentaje
de alumnos de procedencia norteamericana sea mucho mayor en los centros de titularidad
pública. Japón aporta un 8% del total y en el apartado "resto del mundo"
hay que suponer que la aportación brasileña debe ser significativa. La distribución
de estudiantes por comunidades autónomas arroja algunas diferencias con respecto
a la distribución de escuelas. Andalucía acoge al 33% aproximadamente, Castilla
y León (con el 16% de los centros) acoge al 29% de los alumnos, Madrid con el
23% de los centros recibe el 15,5% de los alumnos. La comunidad Valenciana recibe
el 9% del total, Cataluña el 6% y Cantabria y el País vasco el 3%.
Hasta aquí hemos
visto los datos cuantitativos y los indicadores que mejor pueden proporcionar
una idea de cuál es la dimensión y las posibilidades del sector. A continuación,
utilizando un esquema DAFO tradicional (Debilidades, Amenazas, Fortalezas, Oportunidades),
voy a intentar hacer un breve análisis cualitativo que se puede utilizar también
como guía de las medidas que es necesario tomar para un mejor desarrollo de la
enseñanza del español para extranjeros: DEBILIDADES1.
Ausencia de un estatuto específico o de una categoría administrativa propia de
la enseñanza de español lengua extranjera. El sector se encuentra ubicado dentro
de la categoría de enseñanzas no regladas, una especie de cajón de sastre ("cajón
desastre", mejor dicho) en el que convive con otras disciplinas como mecanografia
o corte y confección. Esta consideración rige tanto para el sector público como
para el sector privado, aunque las universidades, con su capacidad para emitir
títulos propios y su prestigio, pueden salvar mejor este escollo administrativo.
Señalar esto como una debilidad no responde tan sólo a un anhelo de dignificar
el sector, sino que está justificado porque es una auténtica barrera para el crecimiento
en países ajenos al tratado de Schengen, como Estados Unidos y Canadá. Como
consecuencia de esa categoría administrativa, el acceso a nuevos mercados por
parte de las empresas del sector privado es francamente difícil. Las dificultades
para que los estudiantes procedentes de esos países obtengan su visado, se justifican
por parte de las autoridades argumentando que se solicita el visado para seguir
una enseñanza no reglada, lo que no da derecho a la consecución de un visado de
estudiante. Esto cercena de raíz las posibilidades de crecimiento en países con
economías emergentes, mientras que permite que otros países y otras lenguas tomen
posiciones sólidas allí. Hay que señalar que es precisamente en estos países donde
el español compite por convertirse en la segunda lengua extrajera después del
inglés. Frente a esto, y tomando como símil el concepto de excepción cultural,
reclamamos que se aplique el concepto de excepción educativa, de una manera amplia
y generosa, de forma que se permita la circulación sin trabas de un flujo de estudiantes
que, potencialmente, pueden ser muy numerosos. Merece la pena insistir, una vez
más, en que con una medida de este tipo no sólo se favorecería el crecimiento
de las empresas del sector: también, y a medio plazo las posibilidades de influencia,
política, económica y social de nuestro país en el ámbito internacional.
2. La pequeña dimensión de las empresas del sector, todas ellas ubicadas, como
hemos dicho en la categoría de pequeña empresa. Este pequeño tamaño dificulta
las tareas de promoción exterior, inevitables para el sector, puesto que el 100%
de sus recursos provienen del extranjero. 3. La ausencia de reconocimiento
expreso de las normas de regulación de la calidad de que se ha dotado el sector.
Como ocurre en cualquier mercado, cuando la administración no regula, el mercado
se autorregula. Esto es lo que ha ocurrido con la aparición del CEELE (Certificado
de Calidad en la Enseñanza del español como Lengua Extranjera) aceptado como estándar
de calidad por las empresas del sector y reconocido por instituciones de todo
el mundo y por interlocutores comerciales. El CEELE se ha revelado como una herramienta
fundamental para dar confianza a los mercados exteriores, ahora sólo falta que
sea también reconocido por la administración española. 4. La posición geográfica
de España, excéntrica con respecto al resto de la comunidad hispanohablante puede
situarnos en una posición marginal si la oferta del resto de los países hispanohablantes
comienza a desarrollarse y a consolidarse. Esto no debe interpretarse solamente
en términos de lucro cesante: es más lo que está en juego, nada menos que quedar
apartado, como país, del proceso de toma de decisiones que condicionarán la evolución
de esta área de actividad. Esta debilidad se puede convertir fácilmente en fortaleza,
si el sector en España consigue mantener una posición de liderazgo que lo mantenga
como referente en materia de innovación metodológica y de gestion. AMENAZAS1.
Pérdida de calidad. La principal amenaza que se vislumbra en el sector es la competencia
a través de los precios con la pérdida de calidad que conlleva. Hay que tomar
conciencia de que éste es un servicio educativo que, hoy por hoy, está dirigido
a segmentos de población de alto poder adquisitivo. Ni siquiera en el mundo occidental
desarrollado el español tiene tal demanda o es tan necesario como para que las
familias realicen un esfuerzo económico en su adquisición que vaya más allá de
sus excedentes. La competencia en torno a los precios repercute en la imagen general
del sector, en la calidad del servicio y en la acumulación de capital necesaria
para acometer nuevos mercados y nuevas inversiones. 2. La falta de inversión
en formación del profesorado. El desarrollo a medio plazo del sector va a exigir
más profesorado, formado de una manera más específica y especializada. Las empresas
deben contribuir a esa formación facilitando la formación continua de sus plantillas
y exigiendo la creación de titulaciones específicas. 3. La ausencia de profesionales
formados en la gestión de empresas lingüísticas. Este es, a mi juicio, un punto
fundamental. La actual generación de empresas, sobre todo en el sector privado,
es muy joven y en la mayoría de los casos aquéllas están administradas y gestionadas
por sus propietarios. A menudo se cita como uno de los indicadores de la madurez
de un sector la existencia de mayor o menor número de profesionales ajenos al
capital, con la formación necesaria para administrar esas empresas. Pues bien,
nos encontramos ante un sector que carece, de forma absoluta, de profesionales
de la gestión. Éste es un vacío generalizable a todo el conjunto de lo que podríamos
denominar empresas lingüísticas y es una tarea urgente la creación de cursos de
empresa lingüística que permitan la aparición de esos profesionales, que han de
tener una competencia intercultural. Si esta tarea no se acomete pronto, se puede
poner en peligro el relevo generacional que será necesario a medio plazo, cuando
los actuales gestores, que son en muchos casos fundadores, deban ser sustituidos.
4. La promoción del sector como servicio turístico. Ésta es una gran amenaza
como está demostrando el modelo de desarrollo de la enseñanza del inglés. Ni la
demanda del español es tan fuerte, ni la madurez del sector es tanta como para
permitirnos que el alumno tenga la percepción de que se le están ofreciendo vacaciones,
aunque sean vacaciones lingüísticas, en lugar de ofrecerle educación. La promoción
del sector debe ir orientada a ubicarse, de una manera neta y definida, en el
ámbito educativo, lo cual permitirá ir ofreciendo productos de mayor valor añadido
y asegurar su crecimiento. 5. La falta de coordinación de las administraciones
en materia de regulación y promoción del sector. Esto puede dar lugar a una proyección
difusa y confusa de nuestra oferta. Y dentro de este ámbito destaca la falta de
criterios de colaboración con el sector por parte de la administración española
en el exterior. FORTALEZAS1.
La enseñanza del español como lengua extranjera, por su propia naturaleza, se
inscribe de lleno en lo que ha de ser el motor de la economía del siglo XXI, es
decir, la transmisión de conocimientos. 2. La actividad depende en una enorme
proporción de la imagen-país proyectada y no solo de la proyectada por España,
sino por toda la comunidad hispanohablante. Esto, desde luego, puede interpretarse
como fortaleza o como debilidad, pero, en fin, las proyecciones para el siglo
XXI parece que permiten el optimismo y esperar que considerarlo como una fortaleza
sea correcto. 3. La posición de España como puente o como nexo entre Europa
y el resto de la comunidad hispanohablante que puede colocarnos en una situación
de privilegio con respecto al mercado europeo. 4. Si España consigue colocarse
como referente cultural o como proveedor de señas de identidad cultu- rales con
respecto a la comunidad hispanohablante de Estados Unidos, estaremos en una inmejorable
situación para mejorar nuestras posiciones en aquel país. OPORTUNIDADES1.
La relación estrecha con el subsector de productos editoriales para la enseñanza
del español puede propiciar la percepción del sector como un sector de vanguardia,
innovador debido a la capacidad de los productos españoles en este campo. El ejemplo
más claro de esta oportunidad se está desarrollando en Brasil. 2. La coyuntura
favorable a la internacionalización de las empresas españolas, abriendo filiales
o sucursales en los países hispanohablantes, que puede dar lugar a una toma de
posiciones que permita afrontar el previsible incremento y mejora de la oferta
en esos países. 3. La creación de servicios educativos más complejos, con
más valor añadido, que hagan posible la asociación de los cursos de español con
otros servicios educativos como cursos de postgrado, cursos de especialización,
etc. Esto se enmarca en un proceso que considero imprescindible e inevitable:
la internacionalización de la oferta educativa española en su conjunto.
Ningún país puede aspirar a ocupar un lugar central en la economía de la transmisión
de conocimientos si no es percibido como un proveedor de servicios educativos
internacionales de calidad. En definitiva, de lo que estoy hablando es de la necesidad
de pasar de vender español a vender educación en español. Esto convertiría
al sector de la enseñanza del español para extranjeros en la puerta de entrada
del mercado exterior hacia la oferta educativa en su conjunto. 4. La articulación
de economías de escala, que promuevan un mayor tamaño de las empresas del sector,
con mayor capacidad en los mercados exteriores. 5. La creación de oficinas
de comercialización en el exterior que reduzcan la dependencia de los canales
tradicionales. Espero haber conseguido trazar una primera aproximación al
tejido empresarial de la enseñanza del espanol como lengua extranjera. Sin duda,
estos datos deberán perfeccionarse y completarse en el futuro inmediato y sólo
tengo la aspiración de que sirvan de punto de partida para un mejor conocimiento
de aquél. Por último, quisiera escribir que yo, como seguramente muchos de ustedes,
provengo de un sistema educativo que ha fomentado la división entre ciencias y
letras, asignando a las primeras una importancia económica y comercial que negaba
a las segundas. Nos hallamos ante una oportunidad histórica de demostrar que eso
no es cierto y de hacer visible que, en la nueva sociedad del conocimiento, la
economía se está construyendo sobre cimientos lingüísticos.
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