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El Mundo, sábado 28 de octubre de 2000
PREMIOS PRÍNCIPE DE ASTURIAS Unos galardones con marcados tintes sociales
EMMA RODRIGUEZ. CRISTINA ORO, Oviedo
Don Felipe abogó por la paz y recordó a las víctimas
del terrorismo en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias. Augusto Monterroso
reivindicó el género del cuento.
Un discurso del Príncipe Felipe con marcados tintes sociales sirvió para cerrar
el acto de concesión de los Premios Príncipe de Asturias de este año. Una cita
especial porque los galardones celebran este año sus 20 años de trayectoria. Con
el Oratorio de Pascua, de Bach, como música de fondo, la ceremonia contó con el
sorprendente regalo de una canción interpretada por Barbara Hendricks a capella.
[...]
Al riquísimo patrimonio del idioma español, como “vehículo fértil de pacífico
entendimiento”, volvió a referirse el Príncipe cuando habló de los galardonados
con el Premio de la Concordia, la Real Academia Española y la Asociación de Academias
de la Lengua Española.
El Príncipe Felipe se refirió a los logros de las Academias: el consenso obtenido
en la ortografía, la incesante labor en los campos léxicos y gramatical, la preparación
de un nuevo Diccionario de la Lengua y del Diccionario Académico de Americanismos
y la adaptación de todas estas labores a los cambios tecnológicos.
De nuevo, las palabras diálogo, concordia y paz volvieron a ser pronunciadas,
esta vez a través del papel activo de la lengua, “uno de los más hermosos factores
de reconciliación y de paz definitivas entre nosotros, jamás de enfrentamiento”,
señaló [el Príncipe].
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