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CIBERPAÍS, jueves 4 de enero de 2001
Los móviles envían más de 1.500 millones de mensajes al semestre en España
A.P. / J.M.
cdo t bngas traetel cibr, k nunk m aqer-do tbo + trd slu2. (Cuando
te vengas trae-te el Cíber, que nunca me acuerdo. Te veo más tarde. Saludos).
Casi ocho millones y medio de mensajes como éste circulan cada día por los
teléfonos móviles españoles. Un torrente de letras y signos a medio camino entre
la prisa, el telegrama y el morse.
La causa de la ortografía del móvil es, como siempre, económica. Un mensaje
con 160 caracteres cuesta 25 pesetas. El ahorro de teléfono pasa por la ortografía.
Cada carácter cuesta 0,15 céntimos. La diferencia entre Que te quiero
y Ktkro es que en el segundo caso el escritor se ha ahorrado seis
caracteres y, por tanto, casi una peseta. En el primer semestre del año los clientes
de Movistar enviaron 870 millones de mensajes, más del triple que en todo el año
anterior, cuando ya se había crecido respecto a 1998 un 239%.
Amena y Airtel no dan cifras, pero como Telefónica Móviles tiene el 57% del
mercado, esto significaría que se envían 1.526 millones de mensajes al semestre.
A primeros de año, la consultoría Forrester profetizaba que se enviaban al semestre
12.000 millones de mensajes cortos en todo el mundo. Bajo el principio de la economía,
en este español abreviado casi desaparecen las vocales (cntsta por contesta),
la doble consonante CH se reconvierte en X, y LL en Y. Las letras que no se pronuncian,
como la H, dejan de existir. Esta jerga, principalmente juvenil, ha acabado por
ser un signo más de identificación generacional. Una frontera lingüística con
los viejos.
La buena salud de santa Usuaria
J.M.
Tras testar el periférico prohibido, la usuaria Eva, mirando al interfaz de
su partner, le transmitió el dispositivo para que lo implementara y le
diera un rapport.
La operación cliente falló y el CEO los arrojó del Valley para que la familia
ya desestructurada se adentrara en un marketplace de sufrimientos, de trabajo
y de caducidad: el mundo informático.
Pero, ¿había mundo antes de los primeros usuarios? Es más, ¿cómo se las apañaban
los humanos para hacerse entender sin emplear esta palabra? Hoy el problema se
ha resuelto con el buen feeling entre instituciones y periodistas, y así
donde antes había bañistas, ahora disfrutamos de usuarios de la playa
(comunicado de prensa del Ayuntamiento de Barcelona); de viajeros hemos pasado
a usuarios de autobús; de conductores a usuarios del volante, y al dueño del animal
más inteligente de la tierra, el único que defeca en cualquier parte menos en
su casa, ése es un usuario de mascota. No hay personas, ni clientes, ni gente
ni público: todos somos usuarios, y santa Usuaria, la patrona del mundo tecnológico.
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