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EL PAÍS, lunes 28 de enero de 2002
Pendientes de las notasLos centros y profesores norteamericanos viven
con nervios el cambio en la orientación de la docena que implica la reforma
R.T., Miami
Los colegios de Estados Unidos se preparan para enfrentarse al desafío
que plantea la reforma educativa. Hay nervios porque es un cambio de enfoque radical:
la educación norteamericana se preocupaba hasta ahora sobre todo por los
conocimientos que se impartían, pero a partir de ahora va a estar orientada
a los resultados. Están en juego puestos de trabajo, centros escolares
y, sobre todo, el futuro de los 47 millones de niños que estudian primaria
y secundaria.
La carrera contra el tiempo que ha empezado este mes la viven de una forma
muy distinta los colegios, de acuerdo a su grado de preparación. Hay 9.700
centros con un nivel docente inferior al mínimo requerido en la ley de
reforma, según datos de la Secretaría Nacional de Educación.
A estos les van a dar un plazo máximo de 12 años para enmendarse,
siempre que vayan demostrando que avanzan; de lo contrario, a los seis años
el gobierno federal puede ordenar su clausura o la renovación íntegra
de la plantilla. A los alumnos se les daría la posibilidad de "desertar"
a colegios mejores ya desde el segundo año en que el centro no diera señales
de mejorar.
Desertarían a colegios como Coral Way Elementary de Miarni que pertenece
a la categoría de centros a los que la adaptación a la nueva normativa
les va a costar menos esfuerzo porque llevan años en primera línea
de la vanguardia educativa. Coral Way Elemertary está reconocido como un
cole~ lo modélico a pesar de estar en un distrito escolar de los más
complejos del país. El distrito del condado de Miami-Dade es el cuarto
en tamaño de los 15.000 que hay en EEUU. Tiene 370.000 escolares y 19.200
maestros y tiene además un reto que pocos otros enfrentan: un contínuo
flujo de hijos de inmigrantes pobres con un escaso o nulo grado de escolarización.
Un 71% de los 1.376 estudiantes de Coral Way Elementary son inmigrantes hispanos.
Nada más entrar los sumergen en una enseñanza intensiva de inglés
pero al mismo tiempo continúan estudiando la mitad de las asignaturas en
español porque este es el primer colegio de EE UU que implantó la
educación bilingue, en 1963. El nivel de lectura, escritura y matemáticas
es también alto porque llevan ya cinco años realizando exámenes
anuales, que ahora sólo tendrán que ajustar a los que imponga el
gobierno federal.
La experiencia con niños de diversas procedencias étnicas y sociales
(por aquí han pasado hijos de diplomáticos españoles, por
ejemplo) ha preparado a este colegio para poder cumplir con más facilidad
con el requisito de Bush de equiparar la educación de estudiantes pobres
y ricos, negros, hispanos y blancos. La directora de Coral Way Elementary, Migdalia
Vega, opina que la reforma va a mejorar considerablemente la enseñanza
porque dice que ya era hora
de que se exigieran responsabilidades: "Todo el mundo tiene que producir,
y si no puede o no mejora su ‘ producción pues hay que buscar a otra persona.
En los últimos 4 o 5 anos ha habido exámenes pero no ha habido consecuencias.
El que salía bien, bien, y el que salía mal no le pasaba nada".
La portavoz de la Federación Nacional de Maestros, Janet Bass cree que
el caballo de batalla va a ser encontrar suficientes profesores cualificados,
en el caso de que haya que sustituir a un porcentaje de los actuales. "El
problema es la; enorme escasez de profesores. La razón es simple, los salarios
no pueden competir con los de la empresa privada".
El sueldo promedio de un maestro de primaria o secundaria con varios años
de docencia es de 41.820 dólares (47.200 euros), pero el de alguien que
empieza no sobrepasa los 31.000 dólares (35.000 euros). Bass y Vega concuerdan
en que cualquier profesional con conocimientos de ciencia por ejemplo el doble
o el triple en una corporación.
La reforma no incluye subidas salariales aunque permite un uso flexible de
parte de los fondos destinados en principio a la capacitación para, entre
otros fines, aumentar el sueldo o contratar a más personal docente.
Por el momento hay más preguntas que respuestas sobre la viabilidad
de una ambiciosa reforma que sólo se ha visto en papel. Esta semana un
grupo de directores de colegio de todo el país se va a reunir en Washington
con el secretario de educación, Rod Paige, para discutir la puesta en práctica.
Un blindaje contra las demandas
Los profesores de EE UU podrán imponer desde ahora disciplina "razonable"
en las aulas sin temor a acabar por ello en los tribunales. La nueva ley blinda
a todo el cuerpo docente "contra demandas frívolas" por implantar
medidas de orden o control en las clases. La inmunidad no los protege, sin embargo,
cuando sus actos violen las leyes de derechos civiles de los alumnos.
En el país de las demandas, los maestros y los centros son frecuentemente
un objetivo, a veces por motivos que bordean lo ridículo. Por ejemplo,
una interpuesta recientemente en el Estado de Tennessee alegaba que dos profesores
"confiscaron indebidamente un yo-yo" durante una excursión a
un museo en la que el colegio había prohibido que los niños llevaran
juguetes. Otro caso mencionado por la organización Citizens Against Lawsuit
Abuse es el de una alumna que se dio un golpe en los dientes contra una silla
mientras bromeaba y luego demandó a la profesora que estaba en la clase.
Ambos casos están pendientes de resolución.
La Ley de Reforma de la Educación Primaria y Secundaria establece además
una segunda capa de protección legal, limitando las indemnizaciones por
"daños emocionales" que puede llegar a cobrar un alumno en las
instancias en que los tribunales determinen que un educador ha incurrido en responsabilidades.
La Ley también eleva el nivel de pruebas para poder demandar a un maestro.
Tienen que ser "actos flagrantes", y las pruebas, "evidentes".
Los centros docentes están de enhorabuena con la nueva normativa, pero
también a suscitado fuertes críticas. Public Citizien, uno de los
principales grupos en defensa de los consumidores, la ha calificado como una "protección
para los maestros abusadores y peligrosos". El congresista que la ha patrocinado,
Kevin Brady, dice, por el contrario, que la disciplina es el instrumento clave
con el que cuenta el profesorado para evitar masacres como la ocurrida hace dos
años en Columbine High School, del Estado de Colorado, en la que murieron
13 estudiantes y un profesor a causa de los disparos de dos alumnos.
"Protege a los profesores que hacen lo debido, no a los que hacen lo indebido,
que deberán confrontar a la justicia", señaló Brady.
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