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EL PAÍS, domingo 27 de enero de 2002
Zoé Valdés dice que se ha dejado "la piel y la sangre"
en su novela
La escritora publica un relato basado en su adolescencia
AURORA INTXAUSTI, Madrid
El pie de mi padre (Planeta), de la escritora cubana Zoé Valdés,
es la novela en la que, según la autora, ha dejado "más piel
y sangre, y la más íntima y sentimental" de todas las que ha
escrito hasta ahora, y dice que no es una autobiografía novelada. Afirma
que su último libro posee "una gran madurez, evita el abigarramiento
del lenguaje como otras novelas anteriores y hay más reflexión en
el texto.
Valdés narra en El pie de mi padre, escrita para la colección
francesa Haute en Face y publicada ahora en castellano, una historia basada en
su infancia y adolescencia sin llegar a ser una autobiografía novelada.
"En el texto se aborda la relación con mi padre y con mi madre, pero
no es directamente mi vida, ni tampoco un retrato fiel de esos tiempos".
La autora cubana asegura que escribir esta novela ha resultado "doloroso",
pero añade que, por su vida de exiliada, tiene más recuerdos de
lo que fue su infancia. "En el exilio florecen con gran fuerza los recuerdos
infantiles. Sin embargo, mis últimos años en Cuba los veo bastante
borrosos", asegura.
El nombre de la protagonista de la novela, Alma Desamparada, está relacionado
con el de la autora, Zoé Milagros Valdés. Un personaje que vive
más con el alma y es una niña totalmente desamparada. En el libro,
la protagonista desea intensamente ser un hombre, deseo que compartió la
escritora cuando era adolescente. "Creo que muchas mujeres hemos pasado por
esa necesidad de haber sido hombres en algún momento. Mi madre era un personaje
muy especial, y siempre estaba diciendo que necesitaba un hombre, a poder ser
millonario, y yo deseaba ser ese hombre que la hiciera feliz. Mi relación
edípica fue con mi madre. Yo no quería ser la hija de una madre,
sino el hombre que hiciera feliz a mi madre. Creo que eso, cuando uno tiene siete
u ocho años, puede provocar momentos muy tremendos y al mismo tiempo muy
cómicos. Yo sentía una gran rivalidad con los enamorados de mi mamá,
porque siempre pensaba que había alguien más importante que yo".
El mundo infantil y adolescente de Zoé Valdés estuvo rodeado
de mujeres –abuela, madre y tía–. "En un momento de mi vida, lo que
deseaba era llegar a mi padre, lo necesitaba. Hasta que lo conocí. Yo era
una niña muy pobre, y no era triste por ser pobre, sino porque no vivía
de la manera convencional de otros niños".
Asegura sin titubeos que la relación con su padre ha influido en sus
relaciones con otros hombres. "De alguna manera uno repite los modelos con
los que ha vivido. Mi abuela, mi madre y mi tía tenían conceptos
de vida muy diferentes y me han influido mucho".
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