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EL PAÍS, lunes 4 de marzo de 2002
Clases de español para inmigrantes
EL PAÍS, Madrid
Cada vez hay más alumnos inmigrantes que necesitan concentrar su educación
en la lengua española antes de integrarlos en determinadas asignaturas",
dice la directora Edita Villamide. "No se puede meter a un alumno chino,
que apenas entiende español, a clase de matemáticas o historia de
3° de la ESO. Tienen que estar escolarizados, por supuesto, y pueden compartir
algunas materias con el resto de los alumnos, pero tiene que haber un profesor
específico que les enseñe básicamente la lengua española",
añade la jefa de estudios Conchita Domingo.
"A mitad de curso te llegan alumnos de otros países que por edad
les corresponde entrar en 3° de la ESO, pero que llegan con un nivel de conocimientos
de 1°", expone Domingo. "Habría que generar grupos especiales
que se dedicaran a poner a estas personas en su nivel para después incorporarles
a la carretera general".
El profesor de Geografía e Historia y tutor de 3° ESO del Instituto
Francisco de Vitoria, de esta ciudad, Mariano Lacruz, dice que está muy
a gusto con tener inmigrantes en clase, aunque resalta que es una complicación
añadida. "Me gustaría tener horas de refuerzo para hacer con
ellos otras cosas. Aunque muchos sean suramericanos, no hablamos el mismo idioma".
Los estudiantes procedentes de países de habla hispana tienen menos
problemas. Entre los alumnos del Francisco de Vitoria está Carolina, que
llegó de Colombia hace un año. Dice que la adaptación le
resultó "difícil" al principio. Le gusta estudiar y apenas
sale los fines de semana. A la ecuatoriana Cindy Murrieta le costó adaptarse
a España y a sus costumbres.
Escuchar música y bailar son sus distracciones favoritas. "¿Los
estudios? No me disgusta estudiar. Apruebo algunas asignaturas y otras no".
Guillermo Arias es cubano y tiene 14 años. Cuenta que para él la
integración fue sencilla. Le preocupan los estudios, pero el deporte es
lo que más le gusta.
"La distribución de estos alumnos hay que planificarla, y lo tiene
que hacer la Administración, hay que dejar una reserva de plazas en centros
públicos y concertados para los que llegan a mitad del curso, y eso no
hay organización escolar que lo aguante", coinciden profesores y responsables
del María de Zayas y Pablo Neruda, de Madrid.
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