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ABC Economía, domingo 12 de mayo de
2002
"Es necesario internacionalizar la oferta educativa"
Oscar Berdugo Director de la Asociación Español
Recurso Económico
Covadona Fernández, Madrid
¿Por qué surge la Asociación para el Progreso
del Español como Recurso Económico y cuál es su función?
- Se constituyó en 1996 con la intención de
servir de aglutinante a los sectores de la actividad económica española
que utilizan nuestra lengua como principal herramienta de trabajo. Trabajamos
en varias áreas, pero la más importante ha sido, sin duda, la puesta
en valor del concepto mismo de Español como recurso Económico, dotándole
de un soporte teórico. Afortunadamente, creo que ahora es una idea que
nadie discute.
ESPACIO PRIVILEGIADO
¿Cuáles son las acciones que lleva a cabo y con qué
organismos colabora?
- Desde 1996, organizamos anualmente un plan de promoción
internacional que nos ha permitido la participación en las ferias y congresos
más importantes del mundo para la promoción de la enseñanza
del español. Esto nos ha llevado a multiplicar la presencia en esos acontecimientos
de escuelas de español, universidades y editoriales especializadas con
excelentes resultados. La enseñanza del español en España
tiene ahora un espacio privilegiado en citas tan importantes como Expolangues
(París), ACTFL y NAFSA (EE UU), Salón del estudiante (Brasil) o
Pacific Rim Workshop (Tokyo). Todo este plan de promoción ha sido realizado
con la colaboración del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), que en todo
momento ha mostrado un apoyo decidido al sector. También hemos contado
con el apoyo del Instituto Cervantes y de las Consejerías de Educación
en el exterior.
¿Por qué cree que el español es un valor económico
seguro?
- El español es un valor económicamente seguro
cuantitativa y cualitativamente. Los sectores que utilizan el español como
herramienta de trabajo han demostrado ya que el español es una fuente de
riqueza, capaz de generar flujos económicos importantes. Pero además,
cada paso, cada avance, cada estudiante extranjero que aprende español,
abre una puerta al resto de nuestros productos y servicios y consolida la posición
de España en un mundo globalizado.
¿Qué método han seguido para delimitar las
actividades económicas que utilizan el español como materia prima
para desarrollar sus actividades?
- En un sentido amplio, el español concierne a todo
nuestro sistema productivo. Al fin y al cabo, es el idioma en el que se realizan
la mayoría de las transacciones, la mayoría de los actos de comunicación
cotidianos. Pero en sentido estricto, los productos y servicios del ámbito
cultural y educativo son la vanguardia de ese proceso, con la ayuda de las nuevas
tecnologías. Son estos sectores los que enseñan el español,
educan en español, y difunden el español, creando con ello una imagen
de nuestro país más sólida y contribuyendo a la aparición
de entornos de simpatía, de proximidad con nuestra cultura, que va a facilitar
enormemente la internacionalización de nuestra economía.
Entonces, ¿cree que estamos asistiendo a la creación
de un sector estratégico de la economía española?
- Ya es un sector estratégico. Nuestro futuro económico
y político en el mundo depende en gran medida de lo que España sea
capaz de hacer en este campo. En la sociedad del conocimiento, en una economía
en la que "lo que se sabe y cómo se transmite lo que se sabe"
va a ser, o ya es, un valor determinante, poseer un sector de industrias de la
lengua sólido, con proyección internacional, es un asunto de Estado.
¿Qué problemas y oportunidades se derivan del concepto
español como recurso económico?
- Creo que nos encontramos ante una coyuntura histórica
para aprovechar la capacidad de nuestra lengua como un elemento generador de riqueza.
El desarrollo de las nuevas tecnologías está reclamando la creación
de herramientas informáticas que permitan el tratamiento del lenguaje natural.
De hecho, cada vez hay más alumnos extranjeros que estudian español,
tanto en sus países como en España. España se tiene que convertir
en referente en este campo, un papel que no tenemos preasignado: hay que ganárselo.
La alternativa no es solamente lucro cesante, es la pérdida de influencia
política y económica en el mundo. Otra nube en el horizonte es la
evolución de la economía del resto de los países hispanohablantes.
¿Están realmente concienciados los empresarios y
la Administración de la importancia del español como valor económico?
- Creo que sí. Quizá lo que haga falta es
un mayor esfuerzo de coordinación de las acciones y una mayor conexión
con la sociedad civil y con los actores económicos de sector. Esto no puede
ser un esfuerzo institucional solamente.
El sector cultural y de ocio factura en España alrededor
de nueve billones de pesetas, pero su gran reto es acercar los productos que genera
a los 400 millones de personas que hablan español en el mundo. ¿Por qué
es tan complicado trasladar estas mercancías a nuevos mercados?
- No sólo a 400 millones de hispanohablantes. Nosotros
consumimos música en inglés y no somos anglohablantes. Este es el
reto, y para conseguirlo la industria cultural y los proveedores de servicios
educativos deben cooperar.
Según datos del ICEX, la industria del idioma inglés
factura más que la del automóvil en el Reino Unido, ¿sucederá
lo mismo algún día con el español?
- La enseñanza del inglés es un producto de
consumo de masas y el aprendizaje del español todavía no lo es.
Nuestra apuesta debe buscar la calidad y el valor añadido, más que
la facturación bruta. Y buscando nuevos caminos. En este sentido, creo
que es necesario vincular la enseñanza de español para extranjeros
con el resto de nuestra oferta educativa, convirtiendo de esta manera a la primera
en la puerta de entrada de la segunda. Ese esfuerzo de internacionalización
de nuestra oferta educativa es imprescindible, otros países de nuestro
entorno ya lo han hecho.
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