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ABC Economía, domingo 12 de mayo de 2002

Lope de Vega hace caja

La opinión del experto

JON JUARISTI, Director del Instituto Cervantes

Hablar de la rentabilidad económica de las lenguas parece una paradoja. Cualquier ser humano domina al menos una, la de su comunidad, que además adquiere sin aparente esfuerzo, simplemente dejándose llevar por el proceso de aprendizaje y socialización del grupo al que pertenece.

Sin embargo, la sociedad de la información ha convertido las lenguas en un poderoso factor económico. Multitud de tecnologías dependen y toman como modelo el lenguaje humano, y la necesidad de comunicación permanente e inmediata hace que las lenguas sean un obstáculo o una ventaja.

Ese bien abundante, prácticamente libre y sin valor económico aparente ofrece a algunos países posibilidades que otros no tienen, pues, según el ámbito linguístico al que pertenezcan, sus empresas pueden crear una poderosa industria gracias a algo tan natural como el propio idioma.

Dicho de otra manera: el país que tenga una lengua apenas conocida y que no haga uso de un idioma internacional se arriesga al retraso económico.

Los hispanohablantes podemos colocarnos sin duda en el pequeño grupo de privilegiados que han sido favorecidos por la difusión de su lengua. Sólo el chino, el inglés y el hindi superan los 400 millones de personas que se expresan en español, y sólo el inglés es hoy una lengua más internacional que la nuestra.

El Instituto Cervantes y la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, con el patrocinio de la Fundación Banco Santander Central Hispano, le han encargado a un equipo dirigido por el profesor Ángel Martín Municio que estudie lo que aporta el español a la economía nacional por medio de las industrias culturales y de la lengua, la enseñanza, las nuevas tecnologías, las redes electrónicas, los medios de comunicación y la ciencia.

Los resultados se conocerán muy pronto, y quizá descubramos con sorpresa que el español es uno de nuestros sectores económicos más rentables.

El II Congreso Internacional de la Lengua Española, que se celebró el pasado mes de octubre en Valladolid, ofreció ya un buen surtido de datos que están disponibles en el Centro Virtual Cervantes (http://cvc.cervantes.es).

Por ejemplo, que durante el último año académico estudiaron español en Europa más de tres millones de alumnos, atendidos por 30.000 profesores, en la enseñanza primaria, secundaria, superior y de adultos.

También se supo que los hispanos de Estados Unidos tienen un poder adquisitivo de más de medio trillón de dólares al año, y que el mercado del español como lengua extranjera será de alrededor de 30.500 millones de dólares sólo en California en los próximos cinco años.

El español atrae al 22,3% de los universitarios estadounidenses que amplían estudios en el extranjero, de ahí que España sea su segundo país de destino tras Gran Bretaña y que entre los diez países del mundo que más estudiantes reciben se encuentren también México y Costa Rica.

En el caso de España, ello supuso en el curso 1998-99 ingresos por valor de casi 65 millones de dólares, se dio empleo fijo directo a 264 personas, trabajaron de manera temporal otras 116 y se precisaron 1.935 familias para alojar estudiantes norteamericanos durante, al menos, 10 meses.

Son sólo algunos datos dispersos que se añaden a otros bien conocidos, como que el sector editorial español exportó en el año 2000 por valor de 88.000 millones de pesetas o que la cuota de mercado de la música en español en Estados Unidos oscila entre el 4,3% y el 4,7%.

Hace casi cuatro siglos, un italiano afirmó que en su país "los representantes de comedias, para aumentar la ganancia, ponen en los carteles que van a presentar una obra de Lope de Vega, y sólo con esto les falta coliseo para tanta gente y caja para tanto dinero".

Hace algo más de un año, el presidente de la Asociación de Profesores de Lenguas Vivas de Francia vino a decir lo mismo de esta otra manera: "La demanda de las familias se inclina cada vez de forma más masiva por ‘estrategias de seguridad’, simbolizadas por el inglés y el español". A veces, nuestros vecinos perciben con más nitidez lo que nosotros todavía no somos capaces de ver.

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