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EL PAÍS, martes 17 de septiembre de
2002
Los zapatistas protestan contra un fallo judicial que rechaza la reforma de
la ley indígena
JUAN JESÚS AZNÁREZ, México
El fallo de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) que rechaza
las 321 demandas de la izquierda mexicana contra la Ley sobre Derechos y Culturas
Indígenas, aprobada en abril del pasado año por el Congreso de México,
está siendo protestado por concentraciones de indígenas y el zapatismo.
La Corte rechazó el 6 de septiembre las demandas presentadas por grupos
indigenistas, intelectuales y el Partido de la Revolución Democrática
(PRD, izquierda), y reactivó así la controversia sobre la autonomía
de las 52 etnias nacionales. La ley de abril limitó sustancialmente la
establecida en el proyecto de 1996, redactado por la parlamentaria Comisión
de Concordia y Pacificación (COCOPA).
El diálogo entre el Gobierno y el Ejército Zapatista
de Liberación Nacional (EZLN) quedó roto, en agosto del año
2001, con la promulgación de una ley que considera a las comunidades indígenas
"entidades de interés público", en lugar de "derecho público",
según la propuesta de la COCOPA. Tendrán "preferencia" en la explotación
de los recursos nacionales, pero no su "uso exclusivo", tal como exigen las organizaciones
indigenistas. Otras modificaciones regularon "los usos y costumbres" de las etnias,
y el marco jurídico y político de aplicación de estos polémicos
regímenes internos.

Miles de indígenas se manifestaron estos días
en San Cristóbal de las Casas y en Ocosingo, ambos en el Estado de Chiapas,
donde permanece alzado, desde enero de 1994, el subcomandante Marcos. La ley del
año 2001, según la guerrilla bajo su dirección, es "una vergüenza"
que consagra constitucionalmente "los derechos y culturas de los latifundistas
y racistas" e ignora los acuerdos de San Andrés Larraínzar, firmados
por delegados del Gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000) y del EZLN. Para atajar
eventuales tentaciones independentistas, las correcciones de la última
presidencia del PRI a la iniciativa de ley resultante de los acuerdos fueron rechazadas
por el zapatismo.
Vicente Fox, investido en diciembre del año 2000 tras
vencer al PRI en las elecciones de julio de ese año, asumió el texto
de la COCOPA, al menos en sus declaraciones públicas. Pero el Congreso,
incluido el gubernamental y conservador Partido Acción Nacional (APN),
rebajó la autonomía pretendida, en 1996, por la comisión
del legislativo. El nuevo Parlamento argumentó en 2001 que la autonomía
de la COCOPA era de imposible aplicación porque ponía en peligro
la unidad de México y abría el paso a violentas pugnas jurisdiccionales,
por la tierra fundamentalmente, entre las propias etnias, que representan a 10
millones de indígenas mexicanos, el 10% de la población total del
país.
El presidente mexicano, Vicente Fox (centro),
pasea a caballo por la localidad de Dolores durante las celebraciones del Día
de la Independencia.
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