Introducción a la lingüística
hispánica
J.I. Hualde A. Olarrea A.M.
Escobar
Madrid, Cambridge University Press, 2001, 370 págs.
El
uso de la palabra lingüística, en el sentido de la ciencia, aparece
solamente en el siglo XIX, precisamente en 1833. La lingüística es
hoy la ciencia que explora las prácticas sociales por las cuales las personas
se comunican y se representan en la lengua, porque la lengua es el ser humano.
La famosa editorial Cambridge University Press ha publicado
en 2001 en español esta Introducción a la lingüística
hispánica que vamos a reseñar, concebida, según los autores,
sobre todo como libro de texto para estudiantes de nivel avanzado de español
y literatura en universidades norteamericanas, y también para estudiantes
recién licenciados, dado que se ocupa, de una forma asequible, del estudio
de la lingüística hispánica.
El libro de Hualde, Olarrea y Escobar se dedica a indagar la
expresión lingüística en sus principales aspectos, ofreciendo
un buen caudal de conocimientos ligados al mundo del lenguaje.
El texto se divide en seis capítulos. Antxon Olarrea
es el autor del primer capítulo, que empieza con el análisis de
la lingüística como ciencia cognitiva, para pasar, luego, a tratar
de la historia de la gramática tradicional hasta la lingüística
moderna, describiendo en este ámbito las gramáticas prescriptivas
y descriptivas.
En el párrafo siguiente, Olarrea vuelve a la lingüística
como ciencia cognitiva, se ocupa de la naturaleza del lenguaje (competencia y
actuación), de la comunicación animal (características del
lenguaje humano), de la adquisición del lenguaje (la hipótesis innatista),
y de la neurolingüística (lenguaje y cerebro) hasta llegar a las críticas
que se hicieron según el modelo de Chomsky.
El segundo capítulo, escrito por José Ignacio
Hualde, trata de la fonética y de la fonología y describe los principales
aspectos de estas áreas.
El autor empieza explicando el concepto de fonema, de alófonos,
la variación libre y la distribución complementaria, clasifica los
sonidos consonánticos (punto de articulación, modo de articulación,
sonidos sordos y sonoros), las vocales, se pregunta por qué tenemos fonemas,
analiza los fonemas consonánticos del español y sus principales
alófonos, el concepto de archifonema, las vocales y las semivocales, la
silabificación, explica la acentuación, la entonación, las
oraciones interrogativas, y la relación entre acento y entonación.
En el apéndice presenta un esquema con los símbolos del AFI (Alfabeto
Fonético Internacional).
En el capítulo siguiente, el tercero, Ana María
Escobar y José Ignacio Hualde se ocupan de la morfología, partiendo
de los conceptos básicos (concepto de palabra, morfemas, afijos derivativos
y flexivos, palabras simples, derivadas y compuestas, morfemas libres y ligados,
morfemas léxicos y gramaticales, clases abiertas y cerradas, morfemas y
alomorfos, clases léxicas), los dos autores pasan a explicar la morfología
flexiva de la lengua española (flexión nominal: género y
número, flexión verbal y grado de los adjetivos), analizan la derivación
en español (sufijos emotivos, nominalización, adjetivación,
verbalización, adverbalización, prefijación, palabras compuestas
–sustantivos, adjetivos y verbos compuestos–), y describen otros procesos morfológicos
como la abreviación y las siglas, hasta la estructura jerárquica
de las palabras.
Antxón Olarrea, en el cuarto capítulo, se dedica
a explorar la sintaxis a través de la estructura de la oración (criterios
para determinar la estructura de constituyentes, sintagmas, reglas de reescritura
sintagmática, componente léxico, transformaciones, etc.) explicando,
luego, la oración en español, simple (definición y clasificación)
y compuesta (definición y clasificación, oraciones coordinadas y
subordinadas), para terminar con un apéndice que recoge en un esquema la
clasificación de las oraciones y con un cuadro que resume, de forma esquemática,
los usos del subjuntivo en español descrito en los parágrafos anteriores.
Hualde se ocupa también del quinto capítulo,
que está dedicado, brevemente, a la historia de la lengua española
(los primeros tres parágrafos se titulan: ¿Por qué estudiar la historia
del español?; ¿De dónde viene el español?; El latín,
lengua de Roma).
El autor continúa hablando de las lenguas prerromanas
de Hispania, del alfabeto ibérico, del vasco e ibero, de las lenguas indoeuropeas,
de la evolución del latín en Hispania, de las palabras patrimoniales
y los cultismos, de la evolución fonológica del latín al
español, de los principales cambios fonológicos del latín
al español; después Hualde se pregunta por qué cambian los
sonidos con el tiempo, y pasa a analizar un breve fragmento del Poema del Cid.
Luego sigue con la formación de la norma lingüística, trata
del elemento árabe en la lengua española, de la influencia de las
lenguas amerindias, de las relaciones etimológicas posibles entre palabras
inglesas y españolas, y pasa a hablar del cambio lingüístico
y de la variación dialectal en el español actual, para concluir
analizando textos en otras variedades lingüísticas actuales cercanas
al español como el judeoespañol, el aragonés y el gallego.
En el último capítulo, Escobar trata de la variación
lingüística siempre en el ámbito de la lengua española
(variedades geográficas y sociales, principales zonas dialectales –el español
de España y el español de Hispanoamérica–), del bilingüismo
y el contacto de lenguas: el español en España como lengua de contacto,
por ejemplo con el catalán, el gallego y el vasco, y en Hispanoamérica
con las lenguas mayas, guaraní, quechua, etc. Analiza el español
en contacto con el inglés en Estados Unidos (calcos, préstamos,
jerga, alternancia de códigos, spanglish), y para terminar, describe
brevemente el español que ha dado origen a las lenguas criollas.
Todos estos capítulos van acompañados de unos
ejercicios que, según los autores, sirven para practicar las técnicas
de análisis y los conceptos estudiados, y de interesantes bibliografías
que cierran cada capítulo y que ofrecen al estudiante la posibilidad de
llevar a cabo investigaciones más exhaustivas.
En cuanto a la forma de distribuir los contenidos nos parece
que, sobre todo en el quinto capítulo, la presentación hubiera necesitado
una mejor estructuración, aunque la amplitud de los temas tratados en esta
parte ciertamente ha dificultado la estructura del capítulo mismo.
No obstante, estamos ante un texto completo, escrito en modo
claro, que sirve como útil instrumento de trabajo no solamente a estudiantes
de nivel avanzado o licenciados de universidades norteamericanas, sino también
a estudiantes de nivel avanzado o licenciados de español y literatura de
todo el mundo, y además a cuantos profesores desean dar una buena base
de lingüística a sus alumnos.
Concluyendo, Introducción a la lingüística
hispánica analiza con cuidado esta importante y compleja disciplina
y ofrece, como hemos dicho, una base lingüística sólida, lo
que nos parece el objetivo principal del texto.
S.B.
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