Planificación de clases y cursos
Tessa Woodward
Madrid, Cambridge University Press, 2002. 270 págs.
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Es
cierto que la capacidad didáctica de poder conducir una clase con mayor
o menor éxito radica en cada uno de los profesores que desempeñan
la docencia, pero sí habría que matizar que una buena planificación
táctica de la clase (sea cual sea la materia) es un factor imprescindible
para la buena exposición de los conocimientos. Por ello, este libro de
Tessa Woodward pone los sólidos cimientos para el correcto desarrollo de
una clase de lengua extranjera.
Esta Planificación de clases y cursos presenta
las raíces de los antecedentes de una clase de idiomas extranjeros para,
poco a poco, ir avanzando en el proceso de reproducción de contenidos de
la materia.
Estructuralmente, el libro posee una clara ordenación
de los contenidos. Comienza por los preparativos que todo profesor debe llevar
a cabo ante el reto de una nueva clase con alumnos que desconoce. Para ello, Tessa
Woodward traza la situación real que el profesor va a encontrarse, sitúa
el desconocimiento del recién llegado profesor a una institución
educativa. Así, la autora comienza exponiendo lo que hay que saber sobre
los estudiantes y recomienda un contacto con ellos previo a las clases bien escribiendo
cartas, bien por teléfono o a través de otros medios.
Más adelante, se dan ideas sobre las maneras que puede
tener el profesor para recordar los nombres de sus alumnos, algo a lo que se concede
gran importancia.. Éstas son cómo colocar sillas siempre en el mismo
sitio, poner letreros...
A lo largo de esta parte del libro se indaga en gran medida
el conocimiento del alumno dentro y fuera de la clase, porque será algo
que favorecerá directamente en el buen desarrollo de la materia. El espacio
del aprendizaje está formado por la unidad profesor-alumno, por lo que
es de suma importancia el crecimiento armónico entre ellos un enorme conocimiento.
Una vez que ya se tiene una buena información de los
estudiantes, el libro menciona el problema de la duración de la clase,
la realización de descansos o la planificación de la siguiente clase
y expone la posible flexibilidad de los horarios, la ambientación del aula
momentos antes y durante la clase, así como los tipos de contenidos que
el profesor puede dar preferiblemente en cada espacio de tiempo mientras aparecen
diversos recursos didácticos para el desarrollo de la clase.
Más adelante, el libro expone cómo enseñar
en sí una lengua no materna a un grupo de estudiantes. Primeramente, la
autora acentúa que ante todo el alumno debe conocer algunas cosas: lo que
significa una palabra, cómo decirla, cómo escribirla, sumorfología
o su uso dentro de un contexto. Para todo ello, Tessa Woodward afirma que es recomendable
que el alumno conozca poco a pocodiferentes estructuras gramaticales para facilitar
de este modo el aprendizaje de la lengua y darle una utilidad en otros marcos
lingüísticos. Después de que el alumno ha fijado estas estructuras,
el profesor procederá a dar una funcionalidad a esas estructuras, por lo
que deberá enseñar al alumno a ponerlas en práctica de una
manera activa dentro de una conversación, a "jugar" con ellas.
Del mismo modo, el libro orienta al profesor en las tácticas
que debe seguir para la clara fijación de estas estructuras en el alumno.
Para ello, se deberán seguir varias fases: exposición a la lengua,
percepción (la forma, el sonido, el significado...) mientras, de nuevo,
el libro presenta diversas estrategias didácticas para conseguir estos
objetivos (a través de fichas, listas, tablas, mapas, carteles, diagramas...),
memoria, uso y mejora a través de controles, de redacciones, dar charlas...
Por otro lado, este manual describe las partes en las que se
divide el aprendizaje y buen dominio de una lengua; del mismo modo que se presentan
los objetivos de dichas partes. Por ejemplo, para la comprensión oral será
necesario satisfacer puntos como el reconocimiento de los sonidos o las palabras,
captar la idea general o interpretar un mensaje dentro de un contexto; para la
expresión oral sería necesario utilizar todas las partes del aparato
fonador o pronunciar palabras con su acentuación correcta. Dentro de lo
que sería la comprensión de lectura tendrían que alcanzarse
objetivos como reconocer los diferentes formatos, saber identificar letras, palabras
o frases o relacionar lo que se lee con la propia experiencia. Finalmente, para
la expresión escrita habría que saber escribir letras mayúsculas
y minúsculas, poder pensar algo sobre lo que escribir, escribir con precisión,
fluidez y confianza. Este apartado concluye dando unos consejos muy prácticos
al profesor sobre estos temas así como la manera más útil
de llevar a cabo una enseñanza multidisciplinar dentro del estudio de una
lengua extranjera (principios básicos de literatura, cultura...).
Otro de los aspectos importantes es con qué puede enseñar
un profesor una lengua extranjera, para ello el manual explica el buen manejo
del diccionario para extraer el mejor rendimiento de él, el empleo de la
pizarra o las regletas dentro de la enseñanza de la lengua o de los recortes
de fotografías entre otras herramientas útiles o la cinta de música.
El libro siempre propone diversas opciones didácticas pero también
está abierto a variantes de todas ellas, dejando eso en manos del profesor
real: el manual muestra las vías más recomendables ante una clase,
pero también hay que tener en cuanta el tipo de alumnos y diversas causas
que si no se tienen en cuenta pueden distorsionar los objetivos; por eso es necesaria
una buena planificación de la clase y un buen conocimiento de los alumnos,
y todo ello se alcanza teniendo una gran clarividencia en los objetivos que deben
conseguirse.
Finalmente, se hace hincapié en la posible existencia
de problemas dentro del alumnado y en la manera de solucionarlos o, al menos,
evitarlos; del mismo modo que se presentan diversas maneras de interrelación
entre los alumnos en el momento de llevar a cabo una práctica de grupo
en el aula de idiomas. Todo ello está centralizado en el trabajo del profesor
y en su atención sobre el grupo con el que está trabajando.
En resumen, este libro es un manual interesante sobre la planificación
ante una clase de lengua extranjera en una institución educativa. Plantea
los problemas más reales que pueden encontrarse al igual que sus posibles
soluciones de una manera clara y directa, algo de lo que muchos manuales carecen,
al perderse continuamente en digresiones educativas que lo único que consiguen
es sumergirse en un océano teórico sobre el aprendizaje de las lenguas
extranjeras.
M.L.V.*
* Marta López Vilar Universidad Complutense
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