Actividades con el chat en la clase de E/LE:
lenguaje usado
Olga Juan Lázaro Instituto
Cervantes
El uso del chat en Internet puede ir más
allá de lo puramente lúdico: la autora propone, en las líneas
que siguen a continuación, una serie de actividades con el chat para la
clase de E/LE.
En
este trabajo indagaremos en una de las herramientas más utilizadas en internet:
el chat. Vamos a analizar el tipo de comunicación que se produce e intentar
describir la lengua usada –principalmente a partir de las características
que tiene el discurso oral–, el discurso escrito que se produce en los mensajes
de correo electrónico y las transcripciones. Para finalizar, presentamos
una serie de actividades dirigidas a los profesores de español en su contenido,
pero cuyo diseño formal es fácilmente extrapolable al diseño
de actividades para los estudiantes de E/LE. A través de estas actividades
pretendemos que el profesor experimente y conozca esta herramienta, de forma que
luego podrá diseñar con más seguridad actividades para su
grupo de estudiantes cuyos objetivos didácticos y dinámicas se ajusten
a las características del chat.
1. La comunicación en tiempo real
En el ámbito de la enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras
y segundas lenguas ni a estudiantes ni a profesores se les escapa la necesidad
de desarrollar la competencia comunicativa. La comunicación en tiempo real
favorece, además, la relación interpersonal y la relación
de grupo dentro del aula, con su positivo efecto en lo que a dinámicas
de grupo se refiere.
Las herramientas más habituales consideradas de comunicación
en tiempo real o síncronas en Internet son el chat, la audioconferencia
y la videoconferencia. Cada una de ellas tiene sus propias peculiaridades. En
este artículo nos vamos a centrar en el uso del chat en el aula
de E/LE.
En una situación de comunicación cara a cara hay mucha información
que es compartida por los interlocutores al encontrarse en las mismas coordenadas
espacio-temporales. El intercambio de información entre los hablantes es
inmediato, produciéndose así la unidad básica de la organización
conversacional que es el turno de palabra: el emisor y el receptor intercambian
sus papeles en la producción del mensaje.
Si ahora nos preguntamos cuál es la diferencia entre una interacción
verbal cara a cara y una interacción verbal por teléfono, ¿qué
responderíamos? Tal vez necesitaríamos unos momentos para reflexionar,
pero estos dos actos comunicativos simultáneos tienen unas diferencias
que se reflejan en todos los manuales de español, incluso hay materiales
complementarios específicos para enseñar cómo se habla por
teléfono y cuáles son las estrategias propias que se desarrollan.
Lo mismo ocurre con el chat. Participa de las ventajas de una interacción
simultánea, pero no se produce cara a cara, por lo que ya en principio
deja de compartirse información sobre las coordenadas espaciales en las
que cada interlocutor se encuentra. Tampoco se aprecia la información de
tipo extralingüístico, por ejemplo, los elementos kinésicos
(los gestos) o los proxémicos (la disposición de los cuerpos, la
cercanía entre ellos, etc.). Estos elementos ayudan a identificar actitudes:
cada hablante no tendrá respuestas a preguntas como ¿dónde está?,
¿con quién está?, ¿qué cara estará poniendo?, ¿y sus
gestos o su pose, cuál será?
Pero el chat, aunque se identifica con una conversación telefónica,
no lo es. En el chat se escribe la conversación. Esto conlleva
diferencias en cada uno de los elementos que intervienen en la comunicación.
El canal de comunicación es nuevo, podríamos decir que el código,
a simple vista y sin pretender simplificar el asunto, es un híbrido entre
el código escrito y el oral. Esto va a tener repercusiones en los turnos
de intervención de los interlocutores y en los mensajes que se emiten.
El emisor del mensaje no ve a la persona a la que se está dirigiéndolo,
sin embargo, y siguiendo los resultados de la investigación de I. Sanz
Álava1 con respecto a la oralidad en los textos escritos mediante
correo electrónico, la pantalla produce cierto acercamiento y sensación
de tener al destinatario al lado del emisor.
Podría pensarse que las transcripciones de las conversaciones fueran
un parangón con el producto de la actuación de los usuarios del
chat. Ciertamente se dan algunas semejanzas en el producto final, tales como que
no se conoce cuál es el sexo de la persona que está chateando
o sus características físicas. Pero hay grandes diferencias.
Para empezar, la transcripción obedece a un diálogo en su forma
natural, oral, mientras que el chat lleva el ritmo de lo que tarden en escribirse
los pensamientos, por inmediatos que estos sean. Es decir, el ritmo de emisión
no es el mismo en una conversación oral que en una conversación
por medio del chat por lo que el producto no puede ser el mismo.
A nivel formal, existen para las transcripciones unos convencionalismos gráficos,
como pueden ser el formato o la puntuación, que no existen para el chat
(en el siguiente apartado veremos a qué están sujetos).
Respecto de los interlocutores o participantes, una peculiaridad que comparten
en su uso varios servicios de Internet es el anonimato. Las personas que
participan en un chat no tienen por qué ceñirse a la transmisión
de datos personales; soñar y compartir los sueños y fantasías
forjándose nuevas personalidades y relaciones es una realidad de la que
hay que advertir a los iniciados (en la mayoría de portales que albergan
chatrooms se pueden encontrar una serie de consejos para los que comienzan
a indagar en estos servicios, véase por ejemplo <http://www.ciudadfutura.com/chatmania/consejos.htm>).
Como se puede apreciar, el límite entre la dimensión escrita
y oral es impreciso, no todas las producciones discursivas del ser humano son
fácilmente clasificables en un género u otro. Así por ejemplo,
el discurso oral formal tiene su representación en los discursos académicos
o parlamentarios. Estos tipos de producción discursiva son preparados como
textos escritos e, incluso, muchas veces son leídos al ser emitidos oralmente.
Por el contrario, las notas, las cartas íntimas o el correo electrónico
pueden ser el resultado de un proceso más o menos espontáneo2.
A un profesor de lenguas extranjeras no le interesa tanto una clasificación
del tipo de discurso como un conocimiento de las características de la
lengua que se produce, con el objeto de que las actividades didácticas
que se diseñen pensando en un servicio o herramienta sean adecuadas al
producto que se puede conseguir con esa herramienta.
Sin más preámbulos, vamos a intentar ver cuáles con esas
características en el chat.
2. Características de la lengua usada
en el chat
El chat es el término que en Internet describe un servicio que
sirve para comunicarse en tiempo real con otra persona u otras personas usando
el teclado como medio de introducción del mensaje. El producto de la actuación
se elabora, pues, de forma cooperativa entre las personas participantes.
Los diálogos que se producen, podríamos decir que son
ágiles y naturales. No hay lugar para un discurso planificado en un marco
eminentemente coloquial como es éste. De hecho, también en las conversaciones
cara a cara abundan las intervenciones cortas debido a la ausencia de planificación,
éstas se suceden según la marcha del tema, de las inferencias de
los participantes, de sus necesidades de comunicación, etc.
En la lengua oral en una conversación de un registro coloquial se observa
que los interlocutores cambian de un tema a otro sin por ello sentirse
agredidos, de hecho es una de las cualidades por las que se caracteriza. Es habitual
que se esté comentando un asunto y se introduzca otro totalmente diferente
que le ha pasado por la cabeza al otro interlocutor. El cambio de tema se hace
por medio de diversos recursos lingüísticos y no lingüísticos
que permiten que la conversación continúe su hilo.
En el chat esta superposición de temas también es habitual,
se produce por las mismas causas que llevan al cambio de tema en la conversación
coloquial, pero también por cuestiones físicas del canal de transmisión:
la pantalla tiene una extensión concreta y los temas se van quedando perdidos
a medida que la tecla enter va enviando mensajes al ciberespacio con un
destino concreto.
Por otro lado, la simultaneidad se traduce en un orden lineal de aparición
de las intervenciones, lo que hace que si algún cibernauta ha tardado en
escribir una respuesta por quererla meditar más tiempo, el hilo de su intervención
habrá quedado, probablemente, descolgado y con varios mensajes por medio,
con los que, tal vez, ya no tenga que ver su respuesta.
En todo caso, existe la opción de crear una sala privada, si es que
hay un interés especial en mantener una charla con alguien en concreto
sin ser leída por los demás participantes. El parangón está
muy claro. En un grupo numeroso en una situación cotidiana es habitual
que se produzcan conversaciones simultáneas sin repercutir en el hecho
de que se mantenga el hilo temático principal de la conversación,
o el iniciado en primer lugar, aunque ahora atiendan menos interlocutores.
Con respecto a los turnos de palabra, en un chat son difíciles
de controlar cuando el grupo es de más de dos participantes. No existe
ningún indicio de quién va a participar hasta que el mensaje no
aparece en la pantalla.
En una charla entre dos actores a través de la pantalla del ordenador,
el papel del silencio se traduce en la ausencia de texto. Es de suponer
que el interlocutor está preparando una intervención un poco más
extensa o ha necesitado un tiempo de respuesta más largo, o puede ocurrir,
simplemente, que las redes tarden unos segundos más en dejar en destino
el mensaje. Este silencio hace que se impaciente el emisor y trate de romperlo
con un nuevo mensaje en el que parafrasee lo dicho (el emisor puede pensar que
tal vez no se haya expresado bien) o se extienda en alguna explicación
más al respecto. Esto se debe a que no se tienen emisiones del que escucha
que guíen al que habla de forma evidente, aunque esos reguladores de la
conversación, fatemas o retroalimentadores del canal (los ajá,
sí, sí, claro...) propios de la lengua oral se intentan también
intercalar en la conversación escrita, precisamente para evitar producir
los vacíos que malinterpreten el desarrollo de la situación entre
los participantes.
Por los ruidos en la comunicación que se producen, y que se hacen
incómodos, hay una intención de controlar la comunicación
con preguntas del tipo:
"¿Estás ahí?" que veríamos escrita como *"estas
ahi??????????"
"¿Has leído lo que te acabo de contar?", etc.
Las intervenciones tienden, por este motivo entre otros, a ser breves, lo que
permite el discurso ágil al que hacíamos alusión al principio
de este apartado.
Si tenemos en cuenta lo que hasta ahora hemos expuesto, es casi lógico
pensar que el tipo de lengua usada no va a poder tender a una corrección
ortográfica y estilística exquisita, más bien
todo lo contrario. Es lo más habitual encontrarse faltas de ortografía,
por la rapidez con la que se tratan de escribir los textos (que, por supuesto,
no se revisan). Los acentos gráficos salen bastante perjudicados en aras
de la agilidad de la emisión del mensaje. Se presta poca atención
a las tildes, aunque esto suponga incurrir en más errores ortográficos
(también hay que ser conscientes de que no en todos los teclados está
incluido el acento como símbolo ortográfico).
La ausencia de revisión del texto tanto en el plano conceptual
como en el plano estilístico es una de las grandes diferencias con respecto
al proceso habitual de creación de textos. Esto es así incluso si
lo comparamos con el proceso de escritura de un mensaje que va a ser enviado por
correo electrónico, ya que es muy recomendable que se revise antes de presionar
la tecla enviar. No obstante, el uso tan ágil de esta herramienta (correo-e),
tanto en el marco profesional como en el personal, hace que se tienda a crear
una estructura que rompa con los convencionalismos del lenguaje epistolar y cuyo
registro lingüístico se acerque al lenguaje coloquial3.
Las frases son cortas e interrumpidas debido a la agilidad que se trata
de imprimir a las intervenciones para no perder el turno de palabra. Los mensajes
largos se suelen ir enviando por partes, es decir, se remite una parte mientras
el emisor sigue escribiendo el resto del mensaje. Tal vez esto se pueda considerar
un intento de emular el discurso oral: se trata de producir y ser leído
e interpretado mientras se escribe el resto del texto, sin esperar al final de
la intervención, buscando la simultaneidad del acto.
Las palabras que se emplean tienen poco contenido léxico, no
hay una gran riqueza semántica, aunque sí expresiva, es decir, se
trata de reproducir los rasgos prosódicos, de entonación, las pausas,
dónde se encuentra el foco informativo, etc. que están ausentes
en este discurso simultáneo que usa el código escrito.
Para conseguir transmitir el máximo de información posible con
los recursos disponibles en el código escrito, se recurre a los puntos
suspensivos (en una cantidad superior a los tres de uso normativo), los signos
de interrogación o exclamación de forma repetitiva y sólo
a final de la frase (tal y como hemos visto en el ejemplo *"estas ahi???????????"),
etc.
También se han inventado su propia simbología, los ya de sobra
conocidos emoticones, llamados comúnmente caritas, lo cual
contribuye a enfatizar la parte expresiva del mensaje, supliendo, en este caso,
rasgos extralingüísticos y paralingüísticos (;-), :-o,
:D, :*, etc.). La intención está clara: transmitir al receptor una
reacción que de otra manera no sería posible, así tienen
cabida las carcajadas, las dudas, el llanto..., incluso el abrazo en el ciberespacio.
3. Actividades en el chat
Integrar Internet en la clase E/LE nos exige a los profesores:
unos conocimientos técnicos
mínimos: no importa que los estudiantes sepan más que nosotros de
un servicio de la Red, por ejemplo, que usen los buscadores con más pericia
y lleguen a un tipo de información antes que el profesor, o que estén
habituados a chatear cada día y nosotros sepamos lo justo para conectarnos
y mantener una charla sobre el tema que nos interesa o el amigo con el que siempre
conectamos a las 12 de la noche.
Además, estos conocimientos mínimos van a sernos necesarios para
introducir en el uso del servicio a aquellos estudiantes que no lo hayan utilizado
nunca. Para ellos hay que tener preparada una hoja de instrucciones con los pasos
a seguir detallados de la forma más clara y concisa posible (hay que evitar
provocar rechazos a la herramienta por parecer que su uso es complicado).
un análisis del tipo
de interacción que se genera y la lengua usada: los chateros habituales
tienen algunas reglas propias de funcionamiento, pero sin entrar en ellas y para
el fin didáctico que pretendemos en la clase E/LE, el utilizar la lengua
escrita como código de comunicación en una situación que
acontece en simultáneo, lleva a que se produzcan ciertas peculiaridades
en la misma sobre las que sí es necesario llamar la atención y que
hay que tener en cuenta.
una reflexión didáctica
a fin de poderla integrar correctamente en las dinámicas de aula. Esto
también permitirá poder diseñar actividades acordes con la
herramienta y con nuestros objetivos didácticos.
Después de haber reflexionado sobre el tipo de lengua y el tipo de intervenciones
que se producen en el chat, el siguiente paso será pensar en qué
objetivos comunicativos se pueden practicar, entonces, con esta herramienta.
Parece evidente que las funciones que se escojan no podrán tener un
carácter argumentativo, es decir, no debemos pretender que los estudiantes
produzcan razonamientos extensos y estructuras sintácticas que no sean,
prácticamente, de yuxtaposición y coordinación.
Para el uso del chat es aconsejable pensar en tareas en las que se tengan
que obtener datos concretos porque se ejecutan con preguntas breves y concisas,
asimismo las respuestas también tendrán este carácter. En
este caso, es ideal ofrecer una tabla a los estudiantes que puedan ir rellenando
con los datos que se obtengan. De esta forma cubriremos dos aspectos. Por un lado,
las tareas tienen que materializarse en un producto concreto. Por otro lado, se
facilita el trabajo de recogida de datos al estudiante dada las características
físicas en las que aparece en pantalla el hilo conversacional (la conversación
va ascendiendo y perdiéndose del campo de visión del usuario). Aunque
en este caso, hay programas que ofrecen la opción de guardar la información
y luego poder imprimirla (para las características técnicas de los
chat, consultar el artículo de Pilar
Garnacho López 2000, en la bibliografía).
Otro objetivo susceptible de ser abordado con éxito es la tarea de organizar
una actividad, siempre y cuando se trate de responder a cuestiones puntuales como,
por ejemplo, quién se encarga de cada una de las partes, qué temas
van a ser tratados, qué personas integrarán cada grupo, etc. Si
se trata de emitir opiniones y creencias, hay que tener un poco más de
precaución.
Las actividades planteadas, como juegos de adivinanza, pueden funcionar con
éxito con esta herramienta (el veo, veo; quién es quién;
si fuera..., sería...; etc.).
A continuación, vamos a presentar unas actividades dirigidas a los profesores
para conocer los chats y experimentar con las características de
la lengua usada. Son actividades que han sido preparadas para los cursos de formación
de profesores en Nuevas Tecnologías. En la primera actividad, se trabaja
con chats en los que se comunican solamente los estudiantes de la clase. En la
segunda actividad, proponemos participar en los chats públicos que se encuentran
en la Web (si lo extrapolamos al nivel de los estudiantes, ésta tendría
que ser para un nivel superior o avanzado, dado el conocimiento de la lengua y
cultura meta que hay que tener para realizar las inferencias lingüísticas
correspondientes).
Para conocer qué actividades se pueden diseñar para estudiantes
E/LE en la clase, se recomienda consultar el artículo de J. Fernández
Pinto (1999) donde se presentan un par de propuestas para diferentes niveles.
El planteamiento de las actividades que aquí presentamos puede ser un
ejemplo de cómo organizar las actividades en clase con los alumnos. Los
cuadros para completar con información serán, como ya hemos comentado,
de bastante utilidad para guiar el trabajo de los estudiantes.
Actividad 1 |
Objetivos: - analizar la lengua
usada en el chat.
- conocer con qué número de interlocutores
es cómodo trabajar en un chat.
- trabajar en una sala creada para
los grupos de clase.
|
- Descubre qué afinidades tienes con tus compañeros
y en qué aspectos sois complementarios.
|
- Realiza esta actividad primero entre dos personas,
después entre tres personas, etc., y anota los resultados de la experiencia.
- También
te recomendamos que primero hagas la actividad tú solo. Después,
prueba con tus alumnos y compara los resultados.
|
Para completar la información sobre las afinidades, puede serte útil
la siguiente tabla:
Nombre |
País |
Actividades comunes |
Cosas compartidas |
Cosas no compartidas |
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La columna de Cosas compartidas
y no compartidas se puede hacer tan explícita como interese para
los objetivos de la sesión. Aquí se recogen tanto características
físicas como gustos, libros leídos, etc.
Para observar cuál
es el comportamiento de la cantidad de usuarios en el chat, te proponemos la siguiente
tabla:
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2 interlocutores |
3 interlocutores |
4 interlocutores |
5 interlocutores |
Facilidad
para obtener información |
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Claridad
de la información obtenida |
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Posibilidades
de intervenir y practicar la lengua |
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Pérdida
del turno de palabra |
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Para analizar el tipo
de lengua usada en el chat, te proponemos la tabla que encontrarás a continuación
de la actividad 2, titulada: "El chat: ¿cómo hablamos cuando
escribimos?"
Actividad 2 |
Objetivos: - conocer las posibilidades
de los chats y posibles destinos para los alumnos.
- analizar la lengua
usada en el chat.
|
- Visita la página http://www.ciudadfutura.com
y selecciona el área de los chats. Participa en ellos y trata de sacar
conclusiones sobre la lengua en el chat. De esta forma podrás planificar
actividades en clase acordes con los contenidos que te encuentres.
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A |
B |
C |
D |
Identificación
Chat: nombre y dirección electrónica |
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Temas
tratados |
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Horas
de audiencia |
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Tipo
de usuario y número |
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Tono
usado |
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EL CHAT: ¿Cómo hablamos cuando
escribimos? |
Descripción
de los diálogos |
Fluidos y ágiles |
Naturales |
Planificados |
Registro |
Otros rasgos |
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Turno
de palabra |
Se respeta |
Extensión
de las intervenciones |
El monólogo |
Papel del silencio |
Consecuencias |
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Análisis
de la lengua |
Tipo de léxico |
Nivel sintáctico |
Corrección
ortográfica |
Elementos expresivos |
Otros rasgos |
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Objetivos |
Organizar una actividad |
Argumentar razonamientos
extensos |
Relacionarse con
los compañeros |
Practicar destrezas |
Otros objetivos |
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4.- A modo de conclusión
En las actividades que se
vayan a diseñar para el aula, será necesario tener en cuenta los
resultados de las experiencias que como usuarios se obtengan de las actividades
1 y 2 aquí propuestas. El análisis que habrá que hacer
del producto del chat no será un análisis literal ni ortográfico
sino pragmático, es decir, teniendo en cuenta el uso de la lengua en el
contexto, del que se derivan los procesos de inferencia propios de la lengua oral.
La corrección por parte del profesor no debería llevarse a cabo
como si de correción de un texto escrito se tratara, cuyo producto es el
resultado de un proceso de creación que tiene lugar en sucesivas fases
de revisión. Con esta herramienta se trataría más bien de
cubrir unos objetivos comunicativos que pueden manifestarse en los resultados
del producto final (por ejemplo, las tablas propuestas con la inclusión
de los datos correctos o el adivinar el resultado del juego propuesto). Como
medio de comunicación en tiempo real, el uso del chat favorece la participación
de los estudiantes con carácter más tímido o más introvertidos,
ya que están amparados en el anonimato de las pantallas. En cuanto
a las destrezas que se practican, Internet nos está trayendo muchos cambios
que hay que asumir e integrar, y sobre los que hay que reflexionar. Uno de ellos
es esta posibilidad de interacción oral transcrita para la que habrá
que buscar un nombre.
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